Todos los partidos, con una rica tradición de
mentiras y corrupciones, nos piden fidelidad ciega en sus decisiones
incomprensibles o absurdas.
Y nos piden que votemos en función de esa fe ciega.
Pues mi fe no es ciega y me fio menos de un político
que de un vendedor de alfombras.
La abstención favorece a Sánchez, dicen.
¿La abstención?
¡Todo favorece a Sánchez!, incluidos Satanás y el moro Muza, que ahora le subvenciona para que los niños aprendan en los colegios, árabe en lugar de español.
Nos piden que votemos en función de lo que dicen, no
en función de lo que hacen.
Tenemos Sánchez para rato y si no a Sánchez, o a
Putez, o al que toque.
A los que no les guste, que emigren a Cataluña, que
allí atan los perros con longanizas.
¿Será una imagen tan romántica ver a los almerienses
frente a la estatua del doctor Robert, como lo fue ver a los italianos frente a
la estatua de la libertad?
¡catalanes!, ya estáis haciendo sitio, que para allí
vamos la purria española, huyendo del Sánchez y de los marqueses.
¡Y recordad que no vale la devolución en caliente!
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