viernes, 9 de febrero de 2024

Dar de beber al sediento... separatista.

 

e oído por ahí, que para paliar en parte la sequía en Cataluña, el presidente del gobierno de España va a gastarse un millón de euros diarios para traer a esa comunidad, agua potable en barcos.

Poco me parece para tantos bebedores, pero el tema tiene su enjundia.

Un cincuenta por ciento de la población catalana no quiere ser española y dice odiar a España.

Y cuando tienen sed, todos los españoles odiados, han de pagar de sus bolsillos el agua para sus odiadores.

Se podría decir que el presidente del gobierno español es muy caritativo.

Se podría decir, pero estaría mal dicho, porque la caridad se hace con el dinero de uno, no con el dinero de los demás.

Pero para más inri, el presidente del gobierno no actúa así por caridad o por solidaridad, si no cediendo al chantaje de una minoría parlamentaria catalana, que ofrece como contrapartida su voto, para que el presidente y su banda pueda seguir gobernando en España.

Ni caridad ni solidaridad sino trilerismo político.

Menuda diferencia hay entre interpretar los hechos por sus apariencias o por sus realidades.


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