Vine a un mundo en el que las cosas estaban en su sitio.
Y he visto como se han ido desordenando a medida que
pasaba el tiempo.
Los remolinos de la vida, las han ido cambiando
de lugar.
Ya quedan pocas cosas en su sitio.
Aunque creo que se irán encauzando.
Pues la naturaleza es terca y suele acabar llevándose las ovejas al redil, por estúpidas y recalcitrantes que sean las
ovejas
No creo que cuando deje este mundo, las cosas
estén como cuando llegué.
Pero hay que tener paciencia y esperanza.
A largo plazo, todo quedará de nuevo en su sitio.
Aunque sea para volver a desordenarse.
Es el ritmo de la historia:
Nos hiciste Señor para ti y nuestro corazón está
inquieto, hasta que descanse en ti. San Agustín.
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