Pedro Sánchez, el presidente de gobierno español, no
se irá del cargo, ni con agua caliente.
Digo esto porque siempre me equivoco y me gustaría
que también en este caso la realidad me desmintiese.
La historia reciente nos ha mostrado, que allí donde
el comunismo se aferra, no suelta su presa ni con agua caliente.
Sólo con la violencia y a veces.
Corea del Norte, Cuba, Vietnam, Venezuela...
Ni la mayor potencia militar del mundo ha podido
sacar el comunismo de Cuba Corea o Vietnam, por ejemplo.
El único militar que ha hecho soltar su presa al
comunismo fue Franco en España.
Por eso es Franco una persona tan odiada por toda la
izquierda, a pesar de que no fue un dirigente cruel como Stalin, Lenin, Mao o Hitler, sino que simplemente, ganó una guerra.
El problema es que ganó al comunismo.
Así pues, paciencia.
No hay mal que cien años dure, mi cuerpo que lo
resista.
Pero Sánchez, el Goliat contemporáneo, está pudiendo
hasta con los judíos y su Mossad.
Y les ha plantado cara, insultado y ninguneado a su antojo.
Mucho Sánchez, es ese Sánchez.
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