martes, 10 de diciembre de 2024

Corrupción, un modo de vida socialmente aceptado.

 

Cada día aparecen en la prensa de todos los colores del espectro político español, pruebas incriminatorias que implican de corrupción al gobierno de la nación y a muchos de sus familiares.

Pueden haber noticias malintencionadas en alguno de esos medios, pero es muy difícil llegar a creer que todo es mentira y que no hay nada.

Al contrario, es más lógico creer que todo es verdad y que se queda corto.

Pero nada se cuece sin un ambiente adecuado.

Y España tiene el ambiente adecuado para que se cueza la corrupción.

Es penoso, pero también es evidente.

Y resulta evidente ese ambiente de corrupción.

Cada día salen nuevas evidencias, que se van dilatando y acumulando en el tiempo, sin que aparezca ninguna reacción de ninguno de los poderes fácticos que pudieran tenerla.

Y si nadie reacciona, estando todos al corriente del ambiente sociológico, es que entienden, por las encuestas que los tienen al día, que de nada serviría reaccionar y que incluso podría ser contraproducente hacerlo.

Contraproducente para las economías e intereses de esos poderes fácticos.

A mí particularmente no me importa, porque la vida es corta y creo que la historia se encargará de poner las cosas en su lugar.

Y si no es la historia, será la Providencia.

Y si no es la Providencia, será el karma.

Y si no es el karma, será el primo de zumosol.

Porque el corto plazo lo aguanta todo.

Pero el largo plazo, sólo aguanta, lo coherente.

 


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