¿Cómo puede haber tanta gente mala, aunada por un
puño que estruja una hermosa rosa roja?
El título de la entrada lo dice.
Son asombrosas tantas maldades que salen de tan
reducidas cabezas.
Y es que el mal, cuando es impune, no tiene límites.
El bien sí.
Son pocos los que resisten años ejerciendo la
bondad.
Ayudando al pobre.
Deshaciendo entuertos.
Allanando la vida a los marginados.
Especialmente cuando es de gratis.
Pero los malos no se cansan nunca
de robar
de fornicar
de inhalar
de conspirar.
En fin, de ejercer el reflejo de los diez
mandamientos.
…Mientras que la salud y la justicia se lo permiten.
¿Pero es que no hay una justicia divina, que ejerce
cuando la justicia humana duerme?
Si se lo preguntas a un cura, te dirá que sí.
Si me lo preguntas a mí, que no soy cura.
Te diré que está por ver.
¿Porque el dolor y la injusticia privan en el mundo?
Si se lo preguntas a un cura, te dirá que es un
misterio.
Si me lo preguntas a mí, que no soy cura.
Te diría, ...
Que ahora no tengo tiempo ni ganas de hablar de
ello.
Quizás otro día.
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