Alguien me comentó que el partido socialista (PSOE) obedece a la disciplina masónica francesa, mientras que el Partido Popular (PP) está sujeto a la masonería norteamericana. ¡Estamos buenos y está buena la masonería con semejantes testaferros!
Que el PSOE obedece a la francmasonería es evidente, pues no parece que sus dirigentes lo quieran ocultar. Hay mucha documentación al respecto y no es ese el motivo de mis líneas. Que el PP no es trigo limpio queda claro por la actitud de sus dirigentes, a la cabeza de los que está el tal Mariano. Ya comenté mi opinión sobre él (entre otros, “Duelo de titanes”, 4 de marzo de 2008, en este blog). Me creo que semejante pánfilo no sea autónomo, y no me extraña que seguir aquella disciplina le deba hacer sentir importante.
Pero lo que me intriga es, ¿porqué los masones son tan distintos aquí que allí? Teniendo en común su aversión a lo católico, tanto los franceses como los estadounidenses, tienen un gobierno central sólido, limitan muchísimo o mucho todo lo que supone autonomías, respetan su bandera y su himno, admiran a su ejército, persiguen la corrupción,…
Sin embargo, en España el gobierno masónico de disciplina francesa, practica hasta el hastío la corrupción descarada, fomenta el separatismo, se cisca en la bandera nacional y vitupera al ejército o se befa de la población equiparando uniones homosexuales con el matrimonio. La oposición masónica de disciplina norteamericana es seguidista hasta el ridículo, y pija hasta el extremo.
Puestos a tener fantasmones en el poder, ¿no podríamos tener unos masones como, por lo menos, los de origen? Ya que nos mandan los masones franceses y americanos, ¿no podríamos ser como Francia o EE.UU.? ¡Qué cruz con lo de “España es diferente”!