El alcalde de mi pueblo es comunista, franquicia ecologista. Ya lo he dicho en otro lugar de este blog, pero me repito.
Siguiendo los criterios de la aborregada izquierda panfletaria que nos gobierna, la forma que ha encontrado el alcalde de mi pueblo para que los coches circulen despacio, es poner bultos en el firme, que obligan a moderar la marcha. Creo que los elegantes los llaman “badenes”, aunque en realidad son baches para arriba.
Las señales de tráfico que ha colocado mi alcalde “caperucita roja” en el pueblo, marcan un límite de velocidad de 40 Km/h. Pero como los baches para arriba que ha desperdigado por el pueblo son muy bruscos, a la vera de cada uno de ellos ha instalado una señal de límite obligatorio de 30 Km/h. Esto hace que si no se conoce el pueblo y la distribución aleatoria de baches para arriba que ha decidido “caperucita”, es aconsejable no pasar de 30 Km/h para no infringir la norma.
Pero hay más. Los coches normales – no los todo terrenos de marcas maravillosas que gastan los miembros del consistorio que hace tres años estaban en el paro – soportan a 30 Km/h algunos de esos baches para arriba, pero otros son tan duros que a 20 Km/h hacen sufrir al coche y a quien vaya dentro si es mujer embarazada, anciano artrítico o matrona que no se ha ajustado bien el sujetador.
En definitiva, que si uno no domina la distribución aleatoria de baches para arriba y su dureza, también aleatoria, lo mejor es que circule por mi pueblo a 20 Km/h y se “haga” los baches a 10 Km/h. Esas velocidades son una verdadera tortura, una fuente de riesgos y un derroche de combustible.
Pero es que la izquierda no necesita recurrir a ingenieros (todos son chusma de derechas, cuando no del OPUS) para solucionar problemas de circulación, ni recurrir a los libros (¿de qué sirve un libro, dónde haya un buen panfleto?). Si el coche molesta se le revienta con un bache para arriba – que se compren coches buenos - o se hace una isla peatonal a la que, naturalmente, podrán acceder coches oficiales y todas las excepciones que den votos.