Creo que los tiempos están ya muy adelantados para que sigamos hablando de derechas e izquierdas, cuando nos referimos a opciones políticas.
Los
partidos son personas jurídicas, es decir que son un poco menos que nada, en el
sentido de qué son simplemente un escrito ante un notario.
Es
hora de fijarnos en las personas, no en los partidos.
Una
persona es algo concreto, con un cuerpo y un alma capaz de tomar decisiones
autónomas, movidas por sentimientos y valores.
Puede
haber personas de derechas, de izquierdas o de centro, según sea su visión del
mundo.
Por
eso esas decisiones nos dicen mucho de la persona, incluso más allá de su
visión del mundo. También de su capacidad y valía.
Desde
mi modesto punto de vista, para valorar a una persona, es muy importante fijarnos
en su coherencia, qué es la relación entre su forma de pensar y su forma de
hacer.
Una
persona incoherente no es de fiar.
Una
persona coherente es de fiar, en el sentido de que puedes prever sus acciones para
bien o para mal.
Por ejemplo,
un terrorista de ETA o un fundamentalista musulmán son coherentes, es decir son
previsibles porque actúan según piensan.
Piensan
mal y actúan mal.
Un religioso
suele ser también coherente. Piensa bien y actúa bien.
Coherencia
para el bien y para el mal.
Sin embargo,
las personas incoherentes son imprevisibles y no son de fiar.
Un
gobernante que habla de democracia para todos, pero divide a la población que
gobierna, en buenos y malos para él, es un político incoherente.
Son
incoherentes los delincuentes, los malvados, los cobardes, los miedosos, los
pervertidos, los fanáticos, en fin, todos aquellos que no obran como piensan,
porque piensan en degenerado y lo saben.
Algunos,
además de incoherentes, son necios, y confiando en una impunidad, que creen eterna,
de vez en cuando dejan asomar su pezuña, porque su egolatría vence a su escasa
inteligencia.
Por
eso divido a las personas en coherentes e incoherentes.
A
los coherentes buenos los admiro.
A
los coherentes malos, les temo.
Y a
los incoherentes, les desprecio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario