jueves, 2 de diciembre de 2021

Tanto va el cántaro a la fuente...

Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe, dice un proverbio español.

Pero como los separatistas no quieren saber nada de España no conocen su savia cultura y han ido tanto a la fuente que al final se les va a romper el cántaro.

Lo mismo se les puede decir a los vascos de las provincias Vascongadas, qué es lo que son provincias, no país.

 Me decía un preceptor que tuve mi juventud, que los toros son una fiesta violenta y que el vino es una droga por el alcohol, y que la caza es un deporte sangriento,...

Pero que  si quería dedicarme a la política, tenía que ceder en algo.

No puedo estar en contra de los taurinos, de los cazadores, de los pescadores, de los automovilistas que contaminan, los ciclistas que invaden las aceras, y de aquellos a los que les gustan las bebidas espirituosas,...

En definitiva, que si quiero dedicarme a la política, debo de estar a favor de algo y de alguien, porque sino, nadie andará a mi lado.

Los separatistas se han enfrentado a todos los españoles por una razón o por otra.

Es tal la lista de reivindicaciones separatistas, que no queda nadie por desvalijar. Y al fin eso se paga.

 Y lo mismo se puede decir de este gobierno nacional comunista, que ha perjudicado tan gravemente con su disparatada legislación a tanta gente y colectivos, que no queda nadie por agraviar.

Por un momento creí que no se iban a comer los turrones en la Moncloa.

Pero como no se apresuren, simplemente no se van a comer los turrones, a no ser que, en previsión, los hayan puesto en los menús de las cárceles.

Como la única solución que tenía para poder hacer lo que me diera la gana, era ser un dictador, no me dediqué a la política.

Preferí ser un hombre honrado.

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