El hombre propone. Dios dispone. Y la mujer descompone. (Provervio español).
Me
había propuesto otro tema para hoy, pero me he encontrado este apunte que escribí
hace unos días y lo traigo hoy para respetar la cola.
Sin
duda sí.
Los
curas no pueden seguir desplazándose en caballerías o en carro y los templos no
pueden seguir iluminándose con velas.
Hay
qué modernizar la Iglesia dotándola de coches y de electricidad.
Es
esto tan evidente, que la Iglesia ya está hoy muy modernizada.
También
utiliza megafonía en los templos.
¿Hay
que modernizar algo más?
No
tiene sentido modernizar algo que no tiene posibilidad de ser modernizado.
Me
refiero a la doctrina.
La doctrina de la Iglesia Católica está basada en la palabra de Dios y en la Tradición.
Modernizar la Tradición es un absurdo, pues es algo que ya está ahí
y que es inaccesible hasta que descubramos como viajar al pasado.
Modernizar
la palabra de Dios es una cretinez, pues por definición; la palabra del Creador
infinito es inaccesible por seres finitos como nosotros y está ahí para que la
intentemos entender.
¿Qué
es más moderno que el infinito?
¿El
infinito y más allá del muñeco de Disney?
Modernizar los dogmas de Iglesia Católica es, desde el sentido común, un absurdo categórico, según lo que he expuesto.
Pretensión de iluminados.
Si
no se entienden o se discuten, lo normal sería irse.
Pero,
¿quedarse para modernizarla?
Definitivamente,
de iluminados o de idiotas.
O,
de puñeteros, que son iluminados infantiloides.
Si fuera teólogo o filósofo me extendería en páginas con citas de autores y con palabras complejas. Pero no soy nada de eso.
Repasa lo que te he dicho y rumíalo en su sencillez, con corazón sencillo.
No es humillante que reconozcamos a nuestro Creador en su infinitud. Al contrario, nos ha de engrandecer tener una mente lúcida y libre.
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