viernes, 20 de septiembre de 2024

Golpe al terrorismo de Hezbolá.

 

Me refiero a la explosión simultánea de alrededor de tres mil buscas, que utilizaban terroristas de Hezbolá.

La operación se achaca a Israel, aunque Israel lo desmiente.

Sin embargo, el sentido común señala a Israel como el autor de esa operación.

¿Qué podemos ver en esa maniobra?

Desde los puntos de vista técnico, logístico y de inteligencia, en el sentido de espionaje, que es una operación impecable, que los pequeños errores de cálculo que ha tenido, son insignificantes, en relación con el objetivo perseguido.

¿Cuál era el objetivo perseguido?

Especulo. El inmediato, desmantelar la organización terrorista hezbolá.

Creo que en segundo término, prevenir futuras acciones a corto y medio plazo de ese grupo terrorista.

Y creo que, en tercer lugar, quizá como objetivo no previsto pero implícito y no buscado expresamente, cambiar la fórmula de la guerra sucia en el mundo.

Técnicamente ha sido un éxito sin precedentes en la historia de la guerra.

Más que la utilización de elefantes por Aníbal.

Pero, ¿cuál la perspectiva moral?

Voy a intentar ser muy breve.

Si Israel es quién está detrás de ello, veo una justificación moral.

Si detrás están los rusos, los chinos o los americanos, es un acto profundamente inmoral.

Israel es una nación que está rodeada por países hostiles, que constantemente la hostigan y anuncian que la van a erradicar de la faz de la tierra.

Vivir bajo ese peso psicológico, debe ser terrible.

No olvidemos que uno de los países que la amenaza, posee armamento nuclear.

Israel es un territorio muy pequeño.

Probablemente una sola bomba atómica bastaría para arrasarlo y hacerlo inhabitable durante décadas.

No se puede vivir al borde del abismo.

Cualquier acción que se haga para alejarse de ese abismo, es en principio legítima.

Puede considerarse como defensa propia

Esa elaborada estrategia de ir a eliminar personas concretas relacionadas con el terrorismo, a pesar de los efectos colaterales que sin duda habrá tenido, es más moral que la tradicional fórmula histórica de la guerra; entrar a degüello y no dejar un ser vivo.

No creo que haya duda de que en esta operación han muerto más personas con delitos de sangre, que inocentes.

Suena a relato del Antiguo Testamento.

Recuerda a las plagas de Egipto.

Mi primera impresión, fue de asombro por el desarrollo del golpe de mano.

La segunda, de tristeza por las víctimas colaterales.

La tercera. De impresión por la crueldad de la medida.

Quizá es más caritativo matar al criminal, que dejarlo sin manos y ciego, en una tenebrosa cadena perpetua.

Pero al final pensé en lo que he escrito al principio.

Y por fin, dejé el Antiguo Testamento y fui al Nuevo Testamento, donde Jesús frena un incipiente acto de violencia, advirtiendo al violento, que el que a hierro mata, a hierro muere.


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