Me refiero a la explosión simultánea de alrededor de
tres mil buscas, que utilizaban terroristas de Hezbolá.
La operación se achaca a Israel, aunque Israel lo
desmiente.
Sin embargo, el sentido común señala a Israel como
el autor de esa operación.
¿Qué podemos ver en esa maniobra?
Desde los puntos de vista técnico, logístico y de
inteligencia, en el sentido de espionaje, que es una operación impecable, que
los pequeños errores de cálculo que ha tenido, son insignificantes, en relación
con el objetivo perseguido.
¿Cuál era el objetivo perseguido?
Especulo. El inmediato, desmantelar la organización terrorista hezbolá.
Creo que en segundo término, prevenir futuras
acciones a corto y medio plazo de ese grupo terrorista.
Y creo que, en tercer lugar, quizá como objetivo no
previsto pero implícito y no buscado expresamente, cambiar la fórmula de la
guerra sucia en el mundo.
Técnicamente ha sido un éxito sin precedentes en la
historia de la guerra.
Más que la utilización de elefantes por Aníbal.
Pero, ¿cuál la perspectiva moral?
Voy a intentar ser muy breve.
Si Israel es quién está detrás de ello, veo
una justificación moral.
Si detrás están los rusos, los chinos o los
americanos, es un acto profundamente inmoral.
Israel es una nación que está rodeada por países
hostiles, que constantemente la hostigan y anuncian que la van a erradicar de
la faz de la tierra.
Vivir bajo ese peso psicológico, debe ser terrible.
No olvidemos que uno de los países que la amenaza,
posee armamento nuclear.
Israel es un territorio muy pequeño.
Probablemente una sola bomba atómica bastaría para
arrasarlo y hacerlo inhabitable durante décadas.
No se puede vivir al borde del abismo.
Cualquier acción que se haga para alejarse de ese
abismo, es en principio legítima.
Puede considerarse como defensa propia
Esa elaborada estrategia de ir a eliminar personas
concretas relacionadas con el terrorismo, a pesar de los efectos colaterales
que sin duda habrá tenido, es más moral que la tradicional fórmula histórica de
la guerra; entrar a degüello y no dejar un ser vivo.
No creo que haya duda de que en esta operación han
muerto más personas con delitos de sangre, que inocentes.
Suena a relato del Antiguo Testamento.
Recuerda a las plagas de Egipto.
Mi primera impresión, fue de asombro por el
desarrollo del golpe de mano.
La segunda, de tristeza por las víctimas
colaterales.
La tercera. De impresión por la crueldad de la
medida.
Quizá es más caritativo matar al criminal, que
dejarlo sin manos y ciego, en una tenebrosa cadena perpetua.
Pero al final pensé en lo que he escrito al
principio.
Y por fin, dejé el Antiguo Testamento y fui al Nuevo
Testamento, donde Jesús frena un incipiente acto de violencia, advirtiendo al
violento, que el que a hierro mata, a hierro muere.
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