Ya ejerzo de indigente material.
De indigente espiritual he ejercido siempre. No venía de serie, me lo gané a pulso... bueno, con un poco de ayuda.
No tengo casi nada material.
Eso sí, tengo móvil antirrobo, pues no creo que
nadie quiera esta reliquia.
Es suficiente para subir cosas al blog.
Incluso puedo bajar fotos de Internet.
Y puedo hablar, si quisiera y tuviera con quién.
No hecho en falta a nadie, bueno sí, un poco a alguienes, por lo que estoy más
feliz que un ocho.
Esta mañana estaba tomándome el bocata del desayuno
sentado en el césped y una señora mayor, me ha dado un euro.
Os aseguro que mi aspecto es casi impecable, salvo
el pelo, que está un poco desaliñado…, y el culo del pantalón, que se me ha
puesto verde.
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