miércoles, 31 de diciembre de 2008

Selección natural y política

Para celebrar el fin de año he actualizado unas notas que escribí el día 3 de octubre de 1996, a las que he colocado este prólogo y un epílogo y poca cosa más, y que me vienen al paso con lo del atentado terrorista de hoy y con todos los comediantes de la farsa política que imagino habrán reiterado su numerito vacío y manido, que es secuela de todo atentado. A ellos les dedico estas líneas.

No hay sitio donde se mire que no se vea algo disonante, absurdo, inconsecuente, irregular, discordante y, a veces, cruel. Y lo primero que uno se pregunta, es si todo eso está mal aposta o es consecuencia de la incompetencia de los gobernantes.

Más parece eso último, la incompetencia de los gobernantes, pero si aceptamos que quienes nos gobiernan son especialmente imbéciles, hemos de creer en una selección natural del estúpido en el ámbito de la política, una selección natural que hace progresar a los más menos y hace evitar la política a las personas honradas e íntegras. Como alternativa, podemos pensar en unos poderes fácticos que colocan al más tonto e inmoral donde más se manda, para manejarlo todo a su antojo manipulando al tonto.

¿No cabe como alternativa la posibilidad de que la estupidez de los gobernantes sea sólo la puesta en evidencia de una estupidez congénita de toda la sociedad de dónde salen esos gobernantes? Eso exigiría que la totalidad de la sociedad española fuera estúpida, cuando tan sólo la mitad vota a los socialistas o nacionalistas y, aún dentro de estos, hay personas listas.

Sin duda funciona la selección natural a la que coadyuva los poderes fácticos. Por eso, habiendo “buenos” sólo llegan los “malos”. Que llegan los tontos justifica esas situaciones de astracán que ponen en evidencia a los políticos incluso frente a la población más elemental intelectualmente, situaciones que sin duda disgustan a los poderes fácticos y que se generan cuando uno de los politiquillos de primera línea se pone a hacer monerías imprevistas sacadas de su propia cosecha.

Es frecuente que esas situaciones disonantes y absurdas fabricadas por los políticos, no se refieran sólo a temas trascendentes, sino que las vemos también en asuntos relacionados con el comportamiento más trivial o banal, asuntos como gastarse dinerales en decorar el propio despacho, tunearse el coche oficial o acondicionar una vivienda oficial como nido de encuentro para relaciones espurias.

Es entonces cuando verdaderamente se radiografía la situación; no puede salir bondad, sensatez y moderación de dónde no la hay, no puede haber buenos gobernantes en una sociedad mayoritariamente corrupta y no pueden existir buenas directrices con unos poderes fácticos miserables. Las personas cabales no tienen hoy lugar en la política, porque quien dirige la política no es cabal. Eso no es bueno, pero es una realidad evidente. No es bueno, pero tampoco es inevitable.

Nada cambiará en ese sentido en 2009, pero el nuevo año nos trae una buena noticia y una incertidumbre; la buena noticia es que no hay mal ni bien que cien años dure, por lo que a los “malos” les queda un año menos. La incertidumbre es lo que saldrá a corto plazo de la situación entre el moralmente maltrecho Occidente y el arrebolado Islam. Creo que 2009 va a ser un año que hará historia en lo que se refiere al equilibrio de poderes en el mundo.

Que Dios nos coja confesados.

lunes, 29 de diciembre de 2008

Cualquier tiempo pasado fue mejor

Leo en el número 24 del boletín de las Misioneras de las Doctrinas Rurales, las impresiones de una de ellas: “…A medida que va pasando el tiempo, la gente te abre el corazón, te cuenta cómo era su vida hasta no hace mucho, de trabajo duro en el campo y lleno de sufrimientos… Sin embargo coinciden en que, a pesar de todo y de que ahora tienen muchas más comodidades, entonces eran más felices…”.

Lo primero que me ha venido a la mente son los versos del paredeño Jorge Manrique (1440-1479) en sus “Coplas por la muerte de su padre”:

Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.

“Cualquiera tiempo pasado fue mejor”... Quizás las labriegas de la cita de la misionera, aquellas que “entonces eran más felices” según sus propios pareceres, sentían lo mismo que sentía Manrique, por lo que el comentario de la misionera no tendría mayor trascendencia.

Sin embargo, hay factores muy diferentes entre el tiempo de Manrique y el nuestro. Entonces, la extrema rudeza de la vida cotidiana y la incertidumbre del futuro más inmediato, hacían que el pasado fuera para aquellas gentes un refugio de su presente. Con una mortalidad infantil próxima al 50 por ciento, una esperanza de vida rondando los 30 años, diez menos para las mujeres que eran diezmadas por las infecciones en los partos… entiendo que Manrique escribiera, sin más limitación que “a nuestro parecer”, que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

Si la labriega que hace unos siglos tenía enormes probabilidades de no pasar de los 20 años, la de hoy vive en circunstancias muy diferentes. Cierto que la campesina de hoy, en su infancia y sin llegar a aquellos extremos, vivió al borde de sus fuerzas, pero hoy trabaja con tractor, tiene una avanzada medicina gratuita que vela por su salud, disfruta de seguridad social y tiene una enorme probabilidad de llegar a los 80 años con facultades para disfrutar de la vida. Si además es andaluza, disfruta del privilegiado paro agrícola andaluz. ¿Qué pueden añorar nuestras protagonistas? ¿por qué antes “eran más felices”?

No cabe duda de que las comodidades de hoy hacen felices a los que vivieron tiempos duros, pero no les hace “más felices” que antes. Hoy parece que todo es mejor, incluso la edad, que siendo más, pesa menos. La diferencia está en algo intangible, inmaterial. La misma misionera más adelante nos da una pista de eso que provoca el déficit de felicidad en esas mujeres y en muchas otras mujeres y hombres: “…es el fruto de una sociedad que pretende ocultar y arrinconar a Dios”.

Efectivamente, la ausencia de Dios provoca un desasosiego que pesa a muchos, creyentes y no creyentes. No en vano la existencia de Dios y la inclinación al natural sometimiento a la ley natural han estado presentes en la esencia del hombre desde que es hombre. Luego, a la luz del cristianismo, Occidente floreció y creó cultura hasta que a una minoría se le ocurrió no sólo vivir sin Dios, sino hacer vivir sin Dios a toda la sociedad. La libertad permite al hombre ese experimento, pero no sin sus costes. Y el coste más inmediato de sacar a Dios de nuestras vidas es perder la felicidad.

domingo, 28 de diciembre de 2008

Eucaristía de las Familias

No pude estar en la Plaza de Colón de Madrid, por mi convalecencia. Escuché en la radio la homilía del Cardenal Rouco. Luego he leído que la convocatoria fue muy atendida.

Hacer acto de presencia esta mañana en la Eucaristía de las Familias, no era sólo una cuestión de católicos. La participación en la celebración litúrgica sí, la presencia no. Cualquier persona, de cualquier condición sexual o de cualquier ideología, que esté en su sano juicio, debe aprovechar estas ocasiones, las organice quien las organice, para mostrar su desacuerdo con un gobierno, el que sea, que lleve una trayectoria legislativa criminal y antinatural.

Intentar destruir la familia es un atentado a la ley natural y un genocidio cultural. Permitir el aborto, es simple y llanamente un crimen. Hacer leyes que estipulen el formato de ese crimen es lo que en términos legales se llama genocidio. En esta situación, quienes redactaran, promulgaran o aplicaran esas leyes, serían genocidas. Creo que es este el único delito del código penal español que no prescribe.

Los medios controlados por el gobierno, casi todos, quieren hacernos creer que defender la vida y la familia es una cuestión sólo de curas. No es cierto. La Iglesia católica es una de las pocas instituciones – la principal - que hoy se atreve a levantar la voz, pero son muchos los españoles, de toda condición, que están por esa labor. La minoría son ellos, los enemigos de la razón y de la vida. Por eso no está todo perdido porque “los malos” son un ídolo con los pies de barro… y la cabeza de estiércol.

martes, 23 de diciembre de 2008

La Iglesia en Extremo Oriente

Soy un mal lector porque leo varios libros a la vez. Naturalmente, no son novelas (una sí, de Julio Verne, “A través de la Estepa”; la recomiendo), porque de otra forma sería un verdadero lío.

Quizás leo varios libros a la vez porque así me lo pide el cuerpo y, siendo razonable, procuro satisfacerlo. De esas lecturas me surgen temas para meditar, por lo que resultan más lentas.

Todo este preámbulo viene a que deseo comentar una cita de un libro, que empecé a leer haces unas semanas, cuando me lo recomendó un sacerdote amigo. El libro tiene 84 páginas en un formato de bolsillo y la cita que traigo es de la página 25. ¡Varias semanas y en la página 25! Pues sí. Ya me he justificado de antemano.

El libro es “Cinco panes y dos peces” y su autor es Francisco Javier Nguyen van Thuan. Está prologado por el Cardenal Ricardo María Carles, que fue Arzobispo de Barcelona, de grata memoria para los buenos católicos catalanes.

Francisco Nguyen, después de una intensa y fructífera vida religiosa, fue nombrado por Pablo VI, en 1975, arzobispo coadjutor de Saigón, nombramiento que iría seguido de trece años de tortura en un “campo de reeducación” comunista, de esa izquierda cuyos primos hermanos tan bien conocemos en España. Sí, los mismos.

A lo que íbamos. Viéndose en la cárcel en unas condiciones extremas de soledad y de supervivencia, habiendo dejado tanta labor a medio hacer en un ambiente tan proceloso, el religioso desesperaba sometido a la inactividad y “separado de mi pueblo”, de su rebaño. “…Una tortura mental, en el vacío absoluto, sin trabajo, caminando en la celda desde la mañana hasta las nueve y media de la noche para no ser destruido por la artrosis, al límite de la locura…”. ¡Trece años!

En estas circunstancias, nuestro hermano nos dice: “…Una noche, desde el fondo de mi corazón, oí una voz que me sugería: “¿Por qué te atormentas así? Tienes que distinguir entre Dios y las obras de Dios. Todo lo que has hecho y deseas seguir haciendo: visitas pastorales, formación de seminaristas, religiosos, religiosas, laicos, jóvenes, construcción de escuelas, de hogares para estudiantes, misiones para evangelización de los no cristianos… todo eso es una obra excelente, son obras de Dios, pero ¡no son Dios! Si Dios quiere que abandones todas esas obras, poniéndolas en sus manos, hazlo pronto y ten confianza en Él. Dios hará las cosas infinitamente mejor que tú; confiará sus obras a otros que son mucho más capaces que tú. ¡Tú has elegido sólo a Dios, no sus obras!”…”.

Este es el motivo de mi escrito. Francisco Nguyen nos habla de una situación extrema que no es nuestro caso, pero ¿no podemos aplicar este razonamiento a nuestro día a día? ¿No hay momentos en los que parece que le decimos a Dios lo que debe hacer, en lugar de aceptar su voluntad? ¿No utilizamos demasiado a menudo tontas coartadas de trabajos anodinos, para rehuir nuestras verdaderas y primeras obligaciones hacia Dios? Incuso voy más allá y en muchas ocasiones veo que también algunos católicos no ya se refugian en sus menudas obligaciones domésticas para relegar a Dios, sino incluso para eludir los más elementales parámetros de la caridad hacia el prójimo.

Feliz Navidad.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Algo tendrá el agua cuando la bendicen

El que en España, nación tan aficionada al buen vino, el saber popular reconozca que algo tiene el agua cuando la bendicen, deja claro que el español será lo que sea, pero no es tonto. A la hora de la verdad, lo que mejor fluye es el agua.

La crisis económica que estamos viviendo sirve, al menos, para aclarar ideas:

El gobierno y sus amigos y aliados están gastando lo que no está escrito en tunearse los coches oficiales, en redecorarse despachos, en viajar como cosacos, en financiar secretamente a banqueros y a capitalistas inmobiliarios… Al tiempo y para colmo, están racaneando la devolución de la renta, trasteando con los subsidios de paro y amagando, a dúo con la oposición, la bajada de las pensiones y del paro.

Los banqueros – que están recibiendo del gobierno, en secreto, fondos públicos y exenciones fiscales para que no decaigan sus beneficios multimillonarios -, aprietan el cuello de los infelices que se han hipotecado con ellos y están dejando en la calle cada día a más familias, familias que paradójicamente les financian con sus impuestos, que el gobierno desvía hacia esos banqueros.

La Iglesia - tachada de reaccionaria y peligrosa por el gobierno y por los medios financiados por la banca y por algunos millonarios españoles -, ha renunciado a financiarse de los presupuestos públicos y se dedica, además de toda su ingente labor espiritual y social, a dar de comer a quienes no tienen qué llevarse a la boca a causa de la crisis. Para que la Iglesia te dé de comer, no has de ser católico, ni rellenar ningún impreso, ni justificar nada… sólo has de tener hambre.

¿Cuál es la conclusión? Que aquí la única de fiar es la Iglesia católica. Todo lo demás es demagogia y estafa.

Si tienes hambre, ni Zapatero, ni Montilla, ni Botín… Iglesia católica. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

martes, 16 de diciembre de 2008

Más sobre el Génesis y la evolución

Dos palabras sobre las secuelas del artículo “El Génesis y el origen del universo y de la vida”, que publiqué el domingo 12 de octubre de 2008 en este blog.

Me decepciona el criterio de personas que conozco y que creía profundas y el de personas que no conozco pero que dedican tanto tiempo a decir tonterías y a nombrar lugares comunes sobre ese libro del Antiguo Testamento. El lector habrá adivinado que llevo días leyendo en Internet contenidos sobre el tema.

Voy a ignorar los patéticos “argumentos” de páginas ateas y gnósticas de Internet y me voy a centrar en una crítica significativa a mi artículo, realizada por una persona querida, católica y reconocida autoridad en el mundo científico español. En relación al contenido de mi artículo, dice: “Parece desconocerse que la Biblia utiliza expresiones culturales de su entorno. En el caso del Génesis, la influencia del Enuma Elish es considerable. Lo importante para nosotros (cristianos) es la versión monoteísta y respetuosa con la idea de Dios, depurando todas las visiones y expresiones antropológicas. Justamente los “aspectos científicos” (orden de la Creación y sus características, etc.) de la Biblia son de la cultura sumeria”.

Hace tiempo leí una trascripción al español del Enuma Elish, (poema babilónico que narra el origen del mundo). Me pareció un rollo Macabeo y me llevó a admirar más, si cabe, la labor de síntesis del Génesis si realmente fuera el caso de que se hubiera inspirado en el espeso lío de versículos de aquel poema. Animo al lector a que consulte en Internet ese texto y luego se lea la entrada del Génesis referida a la creación del mundo; un abismo. Si a eso añadimos como característica del Génesis, “la versión monoteísta y respetuosa con la idea de Dios, depurando todas las visiones y expresiones antropológicas” que señala mi crítico, tendremos claro por qué el libro inspirado es el Génesis y no el Enuma Elish.

Naturalmente que todas las civilizaciones se influyen por su ambiente. De hecho, el propio Jesús valida el Antiguo Testamento y no pretende cambiarlo. Si el cristianismo se acabara hoy, un argumento de los ciudadanos de dentro de dos mil años sería que la doctrina de Jesús estaba copiada del antiguo judaísmo – se compararían textos del A. T., letra a letra, con algunos del N. T. -, y por lo tanto deducirían que el cristianismo no era más que una burda copia de “expresiones culturales de su entorno”. Sin embargo sabemos que no es así.

La postura favorable de un científico católico hacia esos inconsistentes argumentos de la ciencia oficial y de autores aficionados al esoterismo, es una expresión del síndrome de Estocolmo de esos católicos en relación con la ciencia oficial.

Tampoco digo en ningún lugar de mi escrito que el Génesis sea un libro científico, sino que marco la sorprendente coincidencia de sus descripciones con la ciencia moderna (“…el contenido “técnico” del Génesis no es disparatado si lo contemplamos a la luz de las más modernas teorías científicas sobre el origen del universo y de la vida…”). A este respecto recalco que “No pretendo decir que el Génesis sea un libro de ciencias naturales, pues hemos de tener claro que “…la interpretación cristiana del Antiguo Testamento es… una interpretación teológica, pero al mismo tiempo plenamente histórica”…”. La cita se refiere a un texto de la Pontificia Comisión Bíblica.

Creo que fui muy prudente al hacer afirmaciones a favor del Génesis, desde luego más de los que las hacen en contra y que dan por absolutamente cierto que están en la verdad. En mi artículo señalo cuál entiendo deber ser la actitud del católico hacia ese libro sagrado del cristianismo y hago hincapié en las asombrosas y evidentes coincidencias de su contenido con la ciencia actual, en la intención de salir al paso de los que desde dentro y desde fuera señalan al Génesis como absurdo, sin ningún fundamento más allá del adoctrinamiento ateo de moda.

Siguiendo con la crítica a mi artículo, leo: “La idea de Evolución (que se encuentra de forma parecida en los exegetas cristianos) es neutral con la Creencia en Dios. \ Lo malo es su uso fraudulento y sectario”.

Por descontado. En mi artículo afirmo igual: “La teoría evolucionista, de demostrarse cierta algún día aunque sea parcialmente, entonces como toda ciencia veraz no será incompatible con la existencia de Dios. Dios tiene cabida en toda Verdad, pues es la Verdad última”.

Pero debemos tener presente que la teoría evolucionista no es más que eso, una teoría, y una mala teoría. Es una mala teoría porque es incoherente y carece de evidencias en el mundo real, aunque su planteamiento suena lógico si evitamos mirar al mundo natural. De hecho, desde Darwin, la Ciencia ha ido desmontando, uno a uno, los planteamientos evolucionistas. El mismo Darwin, probablemente el defensor más bienintencionado de su teoría, reconoció en su obra las graves limitaciones de sus planteamientos. Si hay ocasión, otro día hablaremos de ello.

No me sorprende el modo de aferrarse al evolucionismo de personas sin cultura o débiles de carácter, alienadas por su ideología o temerosos de ser marginados en el mundo académico. Pero un investigador honrado - por descontado un investigador católico - no debería dar por sentado lo que no es. La teoría evolucionista no está demostrada y tiene innumerables lagunas, algunas de fondo. ¿A qué apuntarse a algo tan inconsistente? ¿por miedo a ser señalado?

Un investigador que parta con prejuicios, no llegará a ningún sitio razonable. Ignoro si acabará demostrándose la teoría de la evolución – no me preocupa que así sea – pero desde luego no llegará a la verdad quien parta castrado por una teoría sometida a un planteamiento ideológico y sin calidad científica. Quien repase mi artículo encontrará referencias a que los hitos en las ciencias del universo, de la biología y de la genética no sólo son científicos creyentes, sino clérigos católicos, hombres de mente libre en busca de la Verdad.

“…Limpiar los ojos. No vasta querer ver… Se requiere disponibilidad o receptividad para lo que aparezca, sin interponer condiciones que enturbian o tapan la visión… ¿Limpiar los ojos es acaso fomentar la “credulidad”? No; es fomentar la objetividad…” (José Guerra Campos. 1920-1997. Obispo, teólogo y filósofo español).

Esto quería concluir sobre las secuelas de mi artículo sobre el Génesis.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Nuestros masones son diferentes

Alguien me comentó que el partido socialista (PSOE) obedece a la disciplina masónica francesa, mientras que el Partido Popular (PP) está sujeto a la masonería norteamericana. ¡Estamos buenos y está buena la masonería con semejantes testaferros!

Que el PSOE obedece a la francmasonería es evidente, pues no parece que sus dirigentes lo quieran ocultar. Hay mucha documentación al respecto y no es ese el motivo de mis líneas. Que el PP no es trigo limpio queda claro por la actitud de sus dirigentes, a la cabeza de los que está el tal Mariano. Ya comenté mi opinión sobre él (entre otros, “Duelo de titanes”, 4 de marzo de 2008, en este blog). Me creo que semejante pánfilo no sea autónomo, y no me extraña que seguir aquella disciplina le deba hacer sentir importante.

Pero lo que me intriga es, ¿porqué los masones son tan distintos aquí que allí? Teniendo en común su aversión a lo católico, tanto los franceses como los estadounidenses, tienen un gobierno central sólido, limitan muchísimo o mucho todo lo que supone autonomías, respetan su bandera y su himno, admiran a su ejército, persiguen la corrupción,…

Sin embargo, en España el gobierno masónico de disciplina francesa, practica hasta el hastío la corrupción descarada, fomenta el separatismo, se cisca en la bandera nacional y vitupera al ejército o se befa de la población equiparando uniones homosexuales con el matrimonio. La oposición masónica de disciplina norteamericana es seguidista hasta el ridículo, y pija hasta el extremo.

Puestos a tener fantasmones en el poder, ¿no podríamos tener unos masones como, por lo menos, los de origen? Ya que nos mandan los masones franceses y americanos, ¿no podríamos ser como Francia o EE.UU.? ¡Qué cruz con lo de “España es diferente”!

viernes, 12 de diciembre de 2008

¡Cómo está el terrado!

Durante esta semana pasada, han ocurrido demasiadas noticias que dejan al gobierno y a los políticos de su órbita en la triste evidencia de su catadura.

Parece que cuando una situación es evidente, cuando le pillan a uno con el carrito del helado, ya no le debe caber más solución que dimitir. ¡Pero no! Como arengaba el veterano militar a sus huestes antes de la batalla, “¡antes morir que perder la vida!”

Joan Tardá, diputado de ERC en el Congreso, grita "¡Muera el Borbón!" en un acto de ERC contra España y la Constitución. Luego nos dice que "Esta expresión se refiere a una crítica a la monarquía como institución, en ningún caso se tiene que interpretar dirigida a una persona física… Nunca he deseado la muerte de nadie". (¡) Bono, el presidente del Congreso dice refiriéndose a Tardá: "No es un desalmado, es un poco impulsivo… algo primario en su modo de manifestarse".

El alcalde de Getafe y presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, llama "tontos de los c…" a los votantes del PP. Luego nos dice que “Soy todo un torbellino, me caliento más que el pico de una plancha…Pido perdón todas las veces que sea".

El Ministerio de Exteriores no sabe si el documento sobre las escalas en España de aviones norteamericanos en viaje a Guantánamo, informe clasificado como “muy secreto” fue sustraído o se perdió "en alguna mudanza".

Para echar carnaza y dar un respiro a los “malos”, el PP espolea a su viejo dinosaurio Fraga, que suelta unas declaraciones diciendo que hay que colgar a los nacionalistas por sus partes. Todo lo anterior a quedado en nada… ya sólo es el PP.

Para aderezar lo escatológico con lo banal, el Gonzalez y el Piqué aparecen en la prensa rosa con sendos romances.

¿En que manos estamos? ¿cómo puede haber tanta basura, tan amontonada, en tan poco sitio? Si esto es el presente de España, ¿qué nos espera en el futuro?

Que Dios nos coja confesados.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

La Inmaculada Concepción

Escrito el día 8 de diciembre de 2008.

Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción. Estoy en un ambiente familiar y festivo por esta celebración. No sé si seré capaz de abstraerme de la algarabía de niños y mayores para escribir sobre lo que meditaba esta mañana.

Nunca he entendido lo de la herencia del pecado original. Mi esquema de la justicia no entiende que un pecado cometido por un padre deba sufrirlo su hijo y menos aún toda su descendencia. Creo que es éste un sentimiento común a muchos cristianos, aunque es cierto que pocos tienen la honradez de expresarlo. Baso esta opinión en que cada vez que expongo mi pensamiento con intención de encontrar argumentos para reconducir mis dudas, alguien se empeña en repetirme, como única explicación, que somos hijos del pecado, como si yo fuera un extranjero que no entendiese el idioma. Y si insisto en que no lo entiendo, me repiten las mismas palabras pero en voz más alta, como cuando a un turista le queremos explicar en nuestro idioma cómo se llega al Corte Inglés.

Pero yo no me quiero engañar, como lo hacen otros, intentando explicarme lo que para mí es inexplicable o, en el mejor de los casos, ininteligible. No entiendo lo de la herencia del pecado original, pero lo creo, porque como ya he escrito en otros lugares de este blog, la Biblia va descubriendo su profundo sentido a medida que pasa el tiempo, de manera que es un libro siempre actual y sorprendente, muchas veces difícil o confuso en su interpretación. Por ese motivo es una postura acertada confiar en el milenario Magisterio de la Iglesia, basado en el criterio de personas inspiradas, buenas y con capacidad intelectual sobresaliente, que a lo largo de la historia han interpretado estos conceptos complejos del mensaje de Jesús, fundador de esa Iglesia. En consecuencia, creo en el pecado original y, sin entenderlo, creo que todos lo llevamos impreso cuando nacemos.

Y por la misma razón por la que no entiendo la herencia del pecado original, sí entiendo que la Madre de la Iglesia naciera sin pecado original. Por eso cuando hoy el sacerdote insistía en la homilía en ese hecho, pensaba para mí; “te entiendo bien, no has de insistir, pues no hay nada más razonable y de sentido común que la Madre de la divina gracia naciera sin pecado original”.

Desde ese principio evidente, no hay cauce más pacífico que el devenir de la historia de nuestra Madre purísima. Como nació sin pecado original, vivió sin las taras de ese pecado y en consecuencia la Madre castísima vivó en plena paz de espíritu desde su concepción, pues siguió estando en relación íntima con Dios; la Madre intacta nació y vivió en el paraíso terrenal y desde su asunción, vive en el mismo cielo.

Sin duda, la Madre incorrupta fue tentada, como lo fue su Hijo. No podría dejar de estrellarse la torpe soberbia de Satanás en el muro inamovible de la Madre inmaculada. Animado con el éxito en la imperfecta Eva, quería el Maligno rematar su proeza en la Madre amable, ignorando en su estupidez la diferencia de fondo entre la Eva del pecado y la Madre admirable del sin pecado.

En su momento, nada más razonable que nuestra amada Madre del buen consejo, fuera cubierta por el Espíritu Santo para engendrar a Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre. ¿Podría haber sido de otra forma? Sería un absurdo lógico cualquier otra fórmula.

La ausencia de pecado original implicó que la Madre del Creador pariera sin dolor, pues el dolor en el parto es una consecuencia del pecado original. Y si sin dolor vino Jesús al mundo, ninguna secuela dejaría en la Madre del Salvador, que continuó virgen y continuará hasta el incomprensible infinito.

La Virgen prudentísima es el ejemplo de lo que habría sido la humanidad sin pecado original. Pero no fue así. No me resigno.

Y como no me resigno, rumio cómo puedo participar de la Gracia de la Virgen digna de veneración, para lo que encuentro buenos argumentos. El primero y más evidente es que si Jesús, en la cruz, me dio la opción de hacerla mi madre, le tomo la palabra; quiero que la Virgen digna de alabanza sea mi madre, con las obligaciones que una madre tiene para con sus hijos, por ingratos y desapegados que sean. Además, si la Virgen poderosa es la madre de Dios y nosotros fuimos creados por Dios a su imagen y semejanza, reivindico de la Virgen clemente su maternidad de mi parte divina y de paso, abusando de aquella clemencia, de la parte humana, íntimamente ligada al espíritu.

sábado, 6 de diciembre de 2008

La cúpula de Barceló y la España de Zapatero

A estas alturas todos saben de qué se trata; Barceló pinta un techo en Palacio de las Naciones en Ginebra, por 20 millones de euros (más de tres mil millones de pesetas), de los que 6 millones de euros (cerca de mil millones de pesetas), son los honorarios del joven artista, a los que se debe añadir el alquiler de la vivienda del “genio” (unos 10.000 euros al mes) y los honorarios del cocinero francés contratado especialmente para él. El techo, un conjunto de estalactitas policromadas a manguerazos de pintura – calificado por los progres como la nueva “Capilla Sixtina del siglo XXI” -, se está cayendo al poco de inaugurarlo. Los fondos utilizados por España para este proyecto - en plena crisis económica y con casi tres millones de españoles en paro - tenían una parte destinada originalmente a ayuda al desarrollo en el tercer mundo. La ONU intenta ocultar el fiasco del techo que se cae y en España el ministro socialista de Cultura justifica el derrumbe.

¿A que les suena esta historia? A mí me suena a la España de hoy. La historia del techo de Barceló es una maqueta de la España de Zapatero. Veamos.

Un joven político (como Barceló es un joven artista), se empeña, sin experiencia ni conocimientos, en el proyecto que le va grande de dirigir España (Barceló, un artista bisoño que evidentemente desconoce incluso la técnica, a la vista de los resultados, se empeña en un proyecto que ha quedado evidenciado le va grande). Salva a Zapatero su utilidad a los poderes fácticos (salva a Barceló, su amistad con Zapatero y su entorno).

Zapatero se enzarza en gastos desmesurados e improductivos (vestir “guapas” a las “militaras”, crear ministerios inútiles, financiar a través de las Autonomías embajadillas en otros países y fomentar el racismo separatista,…), como es desmesurado e improductivo el gasto en el techo ginebrino. Todos esos gastos de Zapatero tienen un denominador común; hacen millonarios a sus amigos (el gasto en el techo ha hecho millonario a Barceló, amigo de Zapatero).

Con estos prolegómenos, no podía ser menos que Zapatero fracasase en su proyecto de dirigir España, que es hoy la última nación de occidente en cultura y economía, y la primera en corrupción y aborto, salvo que esos fueran los objetivos de los poderes fácticos que le amparan y sostienen (el techo de Barceló se está desmoronando).

Frente a la situación de caos, Zapatero y los suyos intentan ocultar la realidad de España. Primero negando la evidencia, luego atenuándola, luego creando falsas expectativas de futuro y, en última instancia, echando la culpa a Bush y a Franco (la ONU intenta ocultar la situación colocando planchas de madera en las puertas de cristal que dan a la sala dónde el techo se está cayendo, prohibiendo entrar en ella a la prensa y silenciando la situación). En un extremo de decadencia intelectual y moral, el ministro español de Cultura socialista justifica el fracaso del techo calificando a Barceló como "el Miró de nuestro tiempo" - nunca me ha gustado la pintura de Miró - y sentenciando que "nada es gratuito, y el mundo de la cultura tampoco" por lo que su arte "cuesta dinero".

Mientras, como no cabía otra cosa con semejantes mimbres, la realidad es contumaz; la España de Zapatero y el techo de Barceló, se desmoronan.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Indigestión de sexo

El tiempo que uno pierde viendo la televisión, es un indicativo de su grado de sumisión al poder. Por lo que a mi respecta, hace años que la veía en momentos de relajación. Luego me limité a las películas que me interesaban. Hoy utilizo la televisión para ver videos y para, cuando puedo, disfrutar de series clásicas – normalmente norteamericanas - que, por economía en las televisiones locales de poca audiencia y para mi gozo, son relativamente frecuentes.

La producción de series en la televisión española es monotemática; sexo, con especial atención a sus fórmulas más retorcidas. Dejé de ver producciones españolas, en cine, series o teatro, no ya sólo porque me causa repulsión intelectual la exclusiva clave de sexo en la inmensa mayoría de sus argumentos, sino porque esos argumentos no son siquiera originales, sino que evidentemente reproducen la vacía, fácil y depravada vida de una buena parte del mundillo de la farándula y de los políticos que la alientan. Sólo así se puede interpretar la poca originalidad y monotemática de argumentos basados en personajillos de un mundo endogámico, dados a la droga de moda y obsesionados por el sexo.

El sexo, sin más, es en el ser humano es una actividad alienante (“proceso mediante el cual el individuo o una colectividad transforman su conciencia hasta hacerla contradictoria con lo que debía esperarse de su condición”, del Diccionario de Lengua Española). No lo es en el mundo de los irracionales porque la naturaleza se encarga de regularlo. Durante la actividad sexual, el animal deja todo de lado, incluso su seguridad, para dedicarse a la reproducción. El animal, satisfaciendo su instinto sexual o atendiendo a su reclamo, está indefenso y es fácil de sorprender y cazar. Es ese uno de los motivos por el que la naturaleza regula esta actividad con celo, en su doble sentido.

Así como la propia naturaleza regula la actividad sexual del irracional, en el caso del hombre, único ser creado libre, es él mismo quien debe regular esta actividad desde la recta razón, para evitar alienarse y quedar indefenso, derrotado, y alejado de su condición. No controlar la actividad sexual en su medida y en su función, lleva al hombre a colocarse al nivel de los seres irracionales, con un inconveniente importante sobre ellos, cual es el perder incluso la referencia de lo natural alterado por una razón adulterada por falta de libertad.

No estamos hablando de una norma terapéutica para mantenernos en forma, ni de un ejercicio de práctica de nuestra voluntad. No, hablamos de mantenernos en la dignidad de personas. La templanza no es algo que se dicte necesariamente desde la fe religiosa, sino que afecta a todos los hombres, desde el principio, aunque bien es cierto que la fe religiosa ayuda y da sentido a la ley natural.

Por su naturaleza de instinto, es sexo es una trampa fácil, elemental. Por eso el gobierno más torpe y rudimentario es capaz de utilizar el sexo para mantener a la población en estado de “celo” permanente y, consecuentemente, dócil e inerme. España es hoy un paradigma de represión del pueblo a través del sexo, lo que explica la pasividad de una mayoría de la población frente a políticas aberrantes y criminales y la impunidad de los políticos en la torpe mentira y en la corrupción como normas de vida.

Aliento a romper las cadenas con la televisión procaz, en su forma o en su fondo. No es tarea fácil – especialmente para aquellas personas que carecen de la fuerza de la fe en Dios -, pero es tarea imprescindible en el camino de alcanzar la Verdad y, con ella, la libertad.

martes, 2 de diciembre de 2008

Comentarios

A raíz de incluir comentarios de los lectores en un artículo de este blog (“Aguirre y Blanco”, 29 de noviembre de 2008), alguien me ha comentado, extrañado, el que no deje incluir esos comentarios en todos los artículos del blog. Es una extrañeza sin fundamento.

¿Ha leído, lector, los comentarios de otros blogs? A veces me entretengo en eso, en repasar comentarios a artículos que previamente he leído; la inmensa mayoría de los comentarios son intervenciones vacías, tópicas, de redacción fatal y en ocasiones groseras y crueles, para colmo algunas veces no tiene ni que ver – o sólo marginalmente - con el artículo comentado. Los “comentaristas” de aragonliberal.es son de una corrección atípica, por eso me animé a incluirlos. Sin duda habrá más medios con lectores prudentes, pero no los conozco y no es lo normal.

Me da la impresión de que en esas abundantes intervenciones desafortunadas, el comentarista es incapaz de organizar cuatro ideas y escribirlas con coherencia en un artículo, y su alternativa es juntar unos lugares comunes que articula en su cerebrito al leer el titular de un artículo y que luego estampa en él como comentario. Estoy seguro de que muchas veces el interfecto ni lee el contenido completo de artículo que comenta. Naturalmente, insisto, un porcentaje de “comentaristas” escapa a este perfil general que con juicio tan subjetivo describo.

Por eso no doy aquí opción a comentarios. Estoy convencido de que la mayor parte de mis lectores entran puntualmente por error o por curiosidad, por lo que con mi medida de reprimir los comentarios evito que su aburrimiento se ensañe con mi tiempo. Sin duda habrá alguna excepción y pierdo la ocasión única de conocer a una persona interesante… pero estoy tan hecho a perder ocasiones, que no viene de una.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Pingüinos gays

No es un titular malintencionado ni con pretensiones ofensivas. Es el titular de un suceso ocurrido hoy en un lugar muy lejano, seguido de una fantasía inspirada en nuestra España contemporánea.

Transcribo una noticia leída hoy en Libertad Digital: “Dos pingüinos gays, castigados por robar un huevo: Dos pingüinos machos que han formado pareja… han sido separados del resto de animales de su especie en un zoo de Harbin (noreste de China) después de que intentaran robar un huevo de una pareja heterosexual… Según informaron fuentes del propio zoológico, "se trata de una pareja que ha intentado robar huevos de otras, algo que fue descubierto por un cuidador, y se ha decidido encerrarles en otro recinto", señaló una de las portavoces del zoo, Cheng Yang… Según Cheng, es bastante fácil que en un intento de robo el huevo se rompa, lo cual añade riesgos innecesarios a un proceso reproductivo que en los pingüinos no es nada sencillo, y menos todavía en cautividad…”

Esa es la noticia del suceso acaecido en China. En España, la noticia habría sido de este tono: “Dos pingüinos gays, víctimas de homofobia: Un matrimonio de pingüinos ha sido víctima de homofobia cuando intentaban adoptar a un huevo. Las autoridades del zoo no han hecho más que poner pegas a los constantes intentos de este matrimonio gay a ejercer su derecho a la adopción. Gracias a la presión del sindicato “Pingüinos Locas”, el Gobierno ha expedientado a las autoridades del zoo y les pide penas de 10 años de cárcel e inhabilitación de 30 años para administrar zoos mixtos. El grupo de pingüinos bisexuales hostiles a la adopción, han sido condenados a reciclarse con tres meses de educación para la ciudadanía. La posible rotura del huevo adoptado carece de importancia, pues un pingüino no nacido no es un pingüino y carece de derechos. Además, los otros pingüinos tienen muchos más huevos”.

Publicado en aragonliberal.es, el 1 de diciembre de 2008.

sábado, 29 de noviembre de 2008

Aguirre y Blanco

Hoy sábado, 29 de noviembre de 2008, leo en Libertad Digital, referido al vicesecretario general del PSOE José Blanco, lo siguiente:

“Cuando aludía a la crisis, y trataba de ensalzar las políticas del Gobierno para combatirla, Blanco afirmó que "en momento de dificultad, no podemos utilizar esa máxima del sálvese quien pueda".

"Eso se lo dejamos a Aguirre, que se marchó corriendo sin importarle la gente que quedaba allí en situación de dificultad", remachó”. Sabía que José Blanco leía mi blog y me comentaron que le gustaron mis comentarios de los pasados días 27 y 28 sobre Esperanza Aguirre (“Esperanza Aguirre” y “No es una heroína”, respectivamente), pero utilizar mis argumentos de una forma tan maliciosa no es correcto. 

Entiendo que son argumentos golosos, pero la oportunidad es una virtud.

El que Dña. Esperanza haya tenido una debilidad, no redime las culpas del Sr. Blanco ni de su partido sobre el incumplimiento de sus responsabilidades.

Desde luego, el gobierno no ha salido corriendo delante de la crisis, porque no quiere dejar el sillón desatendido no se lo ocupe la oposición, pero sí ha metido la cabeza bajo tierra como las avestruces, sin separar el culo del asiento ni moverlo un ápice. Pero eso no es bueno y hacerlo bueno es demagogia. Publicado en aragonliberal.es, el 29 de noviembre de 2008.

De manera excepcional, transcribo los comentarios aparecidos en aragonliberal.es; frid dijo José: eso te pasa con jugar con fuego.

Dar ideas al "sediento" y va y las toma. La debilidad, dices, es humana...

San Pedro la tuvo, también Judas... TODOS... pero si eso es norma estamos en otro orden de cosas: Pilatos, fariseos, marxistas... y demás "malas personas" o "personas que hacen mal casi connaturalmente" sin darse cuenta. Patricia dijo Pepiño es un hipócrita, eso ya lo sabíamos. Pero José ¿que hubieras hecho tu? lo mismo que Pepiño, y lo mismo que todos; no me parece normal que llames cobarde por su actuación a Esperanza, es de las personas mas valientes que queda en el PP. jacinto dijo Entendí que cuando José María. escribía de Esperanza, hablaba de que "esperaba más de ella". 

Y ahora se nota que es verdad.

Es muy difícil obrar al gusto de todos, más aún cuando tu seguridad te dice que te vayas. Algún amigo me comentó que "no le extrañaría que un objetivo fuese ella". ¿Lo has pensado? Ten en cuenta que algunos se llevan demasiado bien como para querer desestabilizar Madrid como lo hicieron con España el día del atentado de Atocha.

No es ciencia ficción. José dijo Patricia, no sé lo que hubiera hecho en esa situación, pero sé lo que he hecho en otras; a veces me he decepcionado de mí mismo, otras no.

Pero la Sra. Aguirre es una persona pública y estamos en nuestro derecho de medirla por su hacer público. Creo que como dice Jacinto, esperaba más de ella, precisamente de ella. Quizás no me haga simpático con mis juicios, pero mi libertad de criterio es una deformación profesional que algunos políticos han apreciado y a otros ha molestado. Desde luego a ninguno he engañado – creo que está claro mi pensamiento – y yo vivo en paz de espíritu. La Sra. Aguirre me cae bien, pero estuvo mal asesorada y no tuvo el temple necesario. Yo no la hubiera dejado repatriarse tan rápido,… pero probablemente no vemos el mundo igual. Jacinto, no creo en una conspiración contra ella, sí en el deseo de muchos – “buenos” y “malos -, de verla fuera de juego e intentar aprovechar esa circunstancia. jacinto dijo José... entiendo que "directamente" no era una conspiración contra Esperanza Aguirre... lo que digo es algo indirecto.

Un "pez gordo en tal Hotel"... una ocasión más para hacer de la masacre una cuestión internacional. Y así lo debieron ver sus asesores. Lo correcto, a posteriori, es "sacarla de ahí, pero no en un avión camino a Madrid... salvo que pensasen los indios que "habían perdido el control"... que pudiera ser. frid dijo A mí me da la impresión que la "queja" de Blanco es como decir "qué pena no se haya quedado ahí... definitivamente". Es ¡tan insensato! Fernando Inigo dijo Coincido más con José, creo que debería haberse quedado hasta que el último español hubiese salido de allí. Eso hubiera sido heroísmo. Hablamos de debilidad...supongo que para debilidad la que sentirían esos dos españoles últimos en ser rescatados atrincherados en la habitación del hotel. Debería haber vuelto con ellos. Yo no entiendo esa precipitación ni tampoco que la rueda de prensa posterior la diese con unos calcetines prestados.

No quiero pensar que haya querido rentabilizar políticamente la tragedia, eso sí que seria un feísimo detalle. frid dijo Fernando: heroísmo ¿obliga? ... la justicia sí obliga.

¿Estaba obligada a quedarse atrincherada? ¿Es que es un GEO y no nos habíamos enterado?

Es un civil, una persona sin recursos para esos eventos. Lo lógico es salir de ahí cuanto antes e interesarse "en lugar seguro" de lo que se hacía en las operaciones militares... y luego "volver" si le dejan. Fernando Inigo dijo Frid, no digo yo que Esperanza quisiera emular a Bruce Willis en la Jungla de Cristal y atrincherarse metralleta en mano. Ella hizo bien en hacer lo que supongo, todos intentaron hacer ponerse a salvo. Pero digo, no podía haber esperado en el aeropuerto de Bombay...un lugar que para ese momento ya estaba tomado por el ejército y por lo tanto, seguro en la medida de lo posible? Eso no hubiera sido heroico, sino justo y solidario. Y luego está el tema de los calcetines, y de la rueda de prensa cuando aún quedaban españoles atrapados...no sé, Frid, me gusta Esperanza Aguirre pero creo que no ha actuado correctamente. José María dijo Cuando imagino esas situaciones extremas pienso, por ejemplo, en los cientos de casos de misioneros que se encuentran en países hostiles y que se niegan a abandonar sus misiones frente a situaciones extremas de violencia. Son personas anónimas y no son pocas. Un político en una situación delicada, con respaldo policial y diplomático, ¿no debería ser un poco, solo un poco, “héroe”? Si la persona falla en esa situación de libro, ¿que hará en la intimidad frente a la agresión del soborno, de las presiones políticas o mediáticas o frente a la debilidad de colocar al primo en el cargo? En España tenemos el listón de los políticos muy bajo y eso es un cáncer social. La política debería ser una vocación de servicio, elegida libremente, y eso implica obligaciones – incluso de riesgo personal - por encima de las de otras actividades. El que sea una actividad profesional con un alto grado de nepotismo, lleva a aquellas miserias. Si la Sra. Aguirre no debía aguantar un poquito, ¿en que queda el heroísmo de sus compañeros de partido, víctimas del terrorismo? ¿Es que fueron unos tontos por comportarse como GEOS? ¿Es que vale más cobarde vivo que héroe muerto? frid dijo Estimado José, dices: "En España tenemos el listón de los políticos muy bajo y eso es un cáncer social" Sólo eso implicaría una fuerte renovación de la clase política. Ahí me has tocado, la cabeza debe ser un líder, un líder debe ser heroico o si no debe dejar el mando a otros. Para mí Esperanza Aguirre es muchísimo mejor que todos los que tiene a su lado, pero ¿no podría haber incluso gentes con más categoría, con madera de héroe y con arrestos de héroe? El problema no está en lo que pedimos a la líder pepera, sino lo que aprovecha el oportunista socialista. Y vuelve a pasar que en el PP y en la derecha "no se permite ni el pecado venial"... mientras que en la Izquierda se ve bien el "mortal".

José dijo Apreciado Frid. Es siempre complejo el proceso de nacimiento de un líder, pero es cierto que la estructura política española selecciona a los menos dotados moralmente y hace ese proceso aún más complicado. ¿Por qué cuando somos tantos miles –quizás millones – de españoles los que decimos no rotundo al aborto, no oímos una sola voz significativa en el parlamento que diga no rotundo al aborto? Porque quien dijese así, perdería el asiento.

No pido lo mismo al PP que al PSOE, como no pido lo mismo a mi vecino que a mi mascota.

Al vecino puedo pedirle un entente inteligente, mientras que me es suficiente que mi mascota no se haga pipi en la moqueta, y como es una mascota malhumorada, incluso a veces le dejo que se mee en la moqueta como precio para que no me muerda.

Pero con mi vecino me siento a comer y nunca sentaría en la mesa a mi mascota. Siempre hablamos de estructuras, nunca de personas individuales que tienen mi aprecio y respeto, al margen de su condición o pensamiento. Alfredo dijo ¡No tiene más que hacer Pepiño que leer tu blog! Hacía mucho que no me reía tanto, gracias, José María, eres un crack, sigue así, eres el mejor!!!

viernes, 28 de noviembre de 2008

No es una heroína

Personas allegadas me han regañado por escribir con poco tacto – dicen - sobre Esperanza Aguirre y por tratar de “banda” al Partido Popular (“Esperanza Aguirre”. 28 de noviembre de 2008). No puedo aceptar esas críticas por lo siguiente.

Lo que digo de la Sra. Aguirre, si las noticias que he leído son ciertas, es algo que está en el ánimo de todos; una persona sana que abandona a los suyos en una situación crítica, es una persona cobarde. Haberse quedado en Bombay – aunque fuera en la embajada española - hasta el desenlace del asunto, era lo normal. Quedarse estando herida hubiera sido heroico, lo que a nadie se le ocurriría pedirle a un político español contemporáneo. Irse en medio del tumulto es huir y huir es de cobardes.

Si la discreción hubiera rodeado el episodio, me habría callado. Pero leer en foros y en alguna prensa, que debe ser presidenta del gobierno, que es poco menos que una heroína,… me obliga en conciencia a clamar en el desierto y dar mi opinión. Como buena triunfadora, la Sra. Aguirre ya tendrá su coro de aduladores; no le viene de esta pobre crítica perdida en el marasmo de internet. Que la Sra. Aguirre llegue en su carrera política dónde pueda, pero este episodio ha sido lo que ha sido. No nos engañemos.

Por lo que respecta al PP, el Diccionario de la Lengua Española da como segunda acepción de la rica palabra “banda”, la siguiente: “Parcialidad o número de gente que favorece y sigue el partido de alguien”. No veo el porqué de la crítica a mis líneas de ayer.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Esperanza Aguirre

Esperanza Aguirre, presidiendo una delegación española, se ha visto envuelta en un atentado en Bombay. A las 24 h., la presidenta de la Comunidad de Madrid estaba en su casa… mientras los miembros de su delegación seguían comprometidos en el atentado en la India.

Esperanza Aguirre era la “esperanza” del PP. Parecía la íntegra de la banda. Pero, ¿qué se puede esperar de quien deja a sus subordinados y amigos en la estacada, procurándose su exclusiva salvación? ¡Tonto el último!, cuando se trata de repartirse el presupuesto. ¡Sálvese quien pueda!, cuando se trata de salvar las posaderas. Y es que ser político, es una forma de ser.

Publicado en aragonliberal.es, el 27 de noviembre de 2008.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Infalibilidad del Papa

Hace años que le doy vueltas al tema de la infalibilidad del Papa, cabeza de la Iglesia católica. Me educaron en ese dogma y debo reconocer que me costaba asumir la cuestión, aunque no he hecho nunca de ella una cuestión beligerante en mi fe. Simplemente la analizaba y rumiaba sin entenderla.

¿Qué entendemos por infalibilidad del Papa? Entendemos que el Papa, cuando promulga solemnemente alguna enseñanza relativa a la fe o la moral, no puede equivocarse, pues está asistido del Espíritu Santo. Este dogma fue proclamado por la Iglesia Católica en el Concilio Vaticano I, en 1870, dando forma de dogma a lo que ya era una tradición secular de la Iglesia.

La infalibilidad del Papa no significa que éste no se pueda equivocar en su tarea cotidiana de dirigir la Iglesia, ni que esté libre de pecado ni nada semejante, ni que no pueda tener opiniones personales erróneas. Se refiere únicamente a lo que he comentado, a que no puede equivocarse en declaraciones solemnes referidas a la fe o la moral… lo que ya es mucho.

Repasando la historia nos llama la atención lo desquiciado de algunos momentos de la Iglesia Católica en lo referido a sus representantes. Si estudiamos con detalle, veremos que algunos Papas han sido verdaderos canallas o poco menos, en el mejor de los casos unos inútiles o débiles frente al poder. A la vista de los Papas contemporáneos con sus virtudes morales y capacidades intelectuales, no nos podemos hacer una verdadera idea de momentos concretos de ese pasado más negro. No nos extraña que, por ejemplo, Pío XII, Juan XXIII, Juan Pablo II – al que muchos dudan en darle por sobrenombre El Bueno o El Grande - o Benedicto XVI sean infalibles, pero desgraciadamente las virtudes de estos hombres y otros muchos que harían inacabable estas líneas, no han sido una constante en la dirección de la Iglesia en los más de dos mil años de su historia.

Hecho este preámbulo, nos podríamos alargar en una discusión interminable enfrentando evidencias históricas puntuales con contenidos bíblicos contundentes sin llegar a salirnos de nuestros planteamientos iniciales, porque a veces el meternos en detalles no hace más que confundirnos. Sobre todo si no somos especialistas en la historia o en los libros sagrados. Pero frente a esto hay un argumento indiscutible y rotundo, que es el del sentido común. Por ese camino es por el que he llegado a mi conclusión.

No discutiré a nadie el mal perfil evidente de determinados pontífices históricos, que en dos mil años y yendo desde el pobre hombre al verdaderamente malicioso, habrá más de uno y de dos. Incluso más de tres, o más, que cuantos más “malos” encontremos mayor es la fuerza de mi argumento.

Tampoco se me discutirá que uno de los mayores ataques que recibe la Iglesia Católica, desde fuera y desde algunos sectores de dentro, es su fidelidad doctrinal a sus orígenes, lo que los maliciosos llaman “fundamentalismo”. Siguen ordenándose sólo sacerdotes varones, sigue siendo pecado tener relaciones sexuales antes del matrimonio, incluso con la prometida, sigue estando presente en la sagrada forma consagrada el mismo Jesús en su carne, sigue la fe en la resurrección en cuerpo y alma al final de los tiempos… Nada esencial ha cambiado en la Iglesia Católica.

¿Qué significa eso? Significa que a lo largo de dos mil años, cualquiera de esos papas muy “perversos” podría haber sentenciado solemnemente cualquier tontería que se alejase de la doctrina de Jesús. Y no ha sido así. Además, esos papas en ocasiones han estado rodeados de autoridades eclesiásticas que, en esos momentos muy concretos de la historia, han podido ser verdaderos desaprensivos que no hubieran dudado en animar al papa del momento a tomar cualquier decisión contraria a la moral o a la fe, en total impunidad pues iba con los tiempos. Pero no ha sido así.

Para mí es suficiente. Que la voz de tantos papas y de sus entornos condicionantes en más de dos mil años de historia no hayan alterado un ápice la fe original; que hoy podamos seguir rezando el mismo Credo que redactó la Iglesia hace cerca de mil setecientos años; que tantísimas ocasiones para romper con la fe original no hayan sido “aprovechadas” jamás… son argumentos más que suficientes para creer en la infalibilidad del sucesor de Pedro. Puedo no entenderlo, pero la evidencia es contundente; el Papa es infalible en cuestiones de fe y moral y como la infalibilidad no es cosa humana, el Papa es infalible porque está asistido por lo sobrenatural.

martes, 25 de noviembre de 2008

Valores y virtudes.

Ayer estuve en un colegio católico, regentado por una orden misionera.

Era el día en que los niños pequeños, sobre los cuatro años, asistían a misa, lo que hacen un día a la semana.

Naturalmente, los pequeños no se enteran de mucho.

Aunque más de lo que creía; hacían su genuflexión al entrar y al salir del templo, contestaban las oraciones más sencillas, cantaban en los momentos adecuados unas canciones muy tiernas, entonándolas bastante bien, y durante toda la ceremonia estuvieron sorprendentemente atentos.

A esa edad no se disimulan ni reprimen los sentimientos; aquellos niños estaban muy bien educados.

Iban acompañados de muy pocas profesoras, como para que su presencia les pudiera coaccionar.

Todo esto, resultándome simpático, no fue lo que me ha llevado a escribir estas líneas.

En la homilía, el sacerdote habló de la presentación de María en el templo, en términos muy elementales y claros pues prácticamente toda la parroquia eran los párvulos.

El cura animó a los niños a seguir el ejemplo de la Niña María y ser obedientes con sus padres y con sus profesores, a no ser egoístas con sus compañeros y a dejarles sus cosas, a querer a todos, a no poner malas caras cuando algo no les gusta...

También les pidió que rezaran por sus padres, por sus abuelitos, por sus hermanos, por sus profesores y al final, cuando ya hayáis rezado por todos, rezad por este cura para que sea más bueno.

En el colegio católico, los curas enseñan a los pequeños, desde el principio, amor y humildad.

¿Es eso malo? ¿A qué se debe tanto ensañamiento del gobierno con la educación católica? ¿No querría cualquier padre normal, que sus hijos se educaran en esas virtudes?

Mientras era testigo de esta enseñanza, no podía olvidar titulares generados por la ideología que persigue con ensañamiento la educación católica:

“La ministra de Fomento, Magdalena Álvarez (PSOE), dijo ayer en el Congreso que la presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, «en el único sitio en la estación en el que podía haber estado es o tumbada en la vía o colgada de la catenaria»…”;

"…Yo cada vez que voy y veo todas las cosas que hay en el Corte Inglés de historiadores y claro ves al Vidal, al otro, al otro, tal y dices Dios mío si sería para prenderle fuego a todo el stand éste".

Cristina Almeida ex diputada del PSOE; "Gracias a Dios que no vamos a tener a la Madre Maravillas en el Congreso. No está Azaña e iba a estar la Madre Maravillas, la hija de uno que pasaba por allí".

"Toda España debió ser Paracuellos", dijo Félix Martínez (periodista del diario Público, próximo al PSOE) reivindicando la figura de Santiago Carrillo y en referencia a la localidad madrileña en la que se ejecutó, de forma sistemática y en pocos días, a un número de personas que supera las 5.000”;“Los malvados asesinos merecen una muerte lenta y dolorosa".

Félix Martínez periodista del diario pro gubernativo (PSOE) Público; “Madrid. Hospital Severo Ochoa. El 90% de los sedados por el doctor Montes murió en menos de 24 horas.

El equipo médico del doctor Montes era conocido por sus colegas como 'Sendero Luminoso”;

“El doctor Luís Montes (amigo y correligionario del presidente del gobierno del PSOE), …lanzó en Santander un manifiesto con el que se inicia una campaña para promover la despenalización en el Código Penal del suicidio asistido y la eutanasia”…

¿Cómo los padres pueden preferir los valores del PSOE a las virtudes del catolicismo?

¿Verdaderamente prefieren un hijo cargado de odio y sed de violencia, que un hijo pacífico y lleno de amor?

Lo que los padres no quieren son problemas y lo fácil es llevar a sus hijos a un colegio público, barato, aún a costa de que experimenten con ellos.

Saben que en ese colegio público de la educación para la ciudadanía no se encontrarán con los hijos de los gobernantes. Pero no les importa pues hay otra razón más profunda para su conducta; la de ver proyectadas sus miserias en sus hijos, pues es la forma de no sentirse culpables.

Si algo te queda confuso o quieres conocer fuentes, puedes seleccionar el texto  y pegarlo  en la barra de Google, para que te aparezca la noticia original, aunque veo que algunas declaraciones ya han sido borradas.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Una buena ocasión para meditar sobre al vida

La operación se complicó. Creo que todos los implicados estábamos en que mi currículum se acababa allí. Pero no fue así, pues el que hoy escribe es el mismo que el que lo dejó hace unas semanas.

La antesala de la muerte es, en paz de espíritu, una gracia de Dios. Agradezco al Creador aquel instante, a la vez que no entiendo que hago aquí ahora. ¿Cómo puedes dejar, Señor, a una de tus criaturas con la miel en la boca?, ¿cómo puedes retornar a esta oveja inútil y torpe al rebaño del mundo, cuando le has mostrado el paraíso? No es esto un desprecio al regalo de la vida – nuestra querida Santa Teresa sería una ingrata – sino un aprecio a la promesa del cielo. Confío en Su misericordia para cuando llegue el momento definitivo.

Paz de espíritu. Esa es la clave para un buen vivir y un buen morir. En un mundo como el que vivimos no parece fácil alcanzarla, pero vale la pena buscar esa meta. Creo que el camino es desprendernos de nuestro vano orgullo de sabios de la nada y de nuestros prejuicios alimentados por los poderes mediáticos, y buscar en el amor a Dios y al prójimo nuestra razón de ser. La cultura occidental floreció espiritualmente desde ese principio de amor que aportó el cristianismo. ¿No es un buen dato para nadar contra corriente?

Intenta lector, aunque no seas cristiano, aunque sea por una vez, repetir en un momento de calma, escuchándote, lo que han repetido durante milenios millones de seres humanos buenos en momentos de crisis personal: el Señor es mi Pastor, nada me falta. Persevera. Te desconcertará sentir la paz de espíritu que se alcanza teniendo esa certeza.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Una buena ocasión para meditar sobre la muerte

Esta tarde me abren la barriga para curarme. No es una operación complicada dentro de lo que son las operaciones, pero que duda cabe que es un riesgo más a añadir a los cotidianos.

Por si acaso, como cuando hemos de viajar – que es más grato y menos cruento pero también un riesgo añadido – he dejado los deberes listos. No todos, que nunca se acaba de cumplir, pero sí los más necesarios.

Esta situación es anecdótica y la pasan miles de personas cada día, en todo el mundo. Pero si saco punta al asunto de los resaltes en las calles para obligar a reducir la velocidad o a si debemos o no rebañar el plato en las comidas, no voy a dejar de aprovechar esta magnífica ocasión para hablar de la muerte.

Cuando estás ante la tesitura de que te dejen inconsciente con una droga y te abran la tripa con un cuchillo afilado, te rebanen un trozo de ti y luego te vuelvan a coser, no puedes por menos que pensar ¿y si sale algo que no está previsto y me quedo en el trasiego? Es una posibilidad, remota pero cierta.

Tengo la firme convicción de que, pase lo que pase, será lo mejor que me pueda suceder a mí y a las personas buenas que me rodean. Por eso, cuando terceros me desean que toda vaya bien, sé que sin duda me irá bien, aunque el que me declara tal deseo esté pensando en el resultado “bueno” en el sentido mundano, es decir, que sobreviva al evento.

Jesús nos dejo bien enterados de que velaría siempre por nosotros y que, como buen Padre, nos daría siempre lo mejor. Lo mejor no es lo que nos parece a nosotros, como no es lo mejor para nuestros hijos pequeños lo que desean en su impulso infantil, ni para los hijos mayores lo que desean desde su inexperiencia. Por eso, el hijo bueno es el que acepta la autoridad del padre aún sin entender el sentido de lo que le ordena, Luego, en el tiempo, verá que aquel consejo o instrucción era efectivamente el mejor.

Si eso ocurre en el terreno de lo humano, con padres falibles, qué no ocurrirá cuando tenemos el privilegio de disfrutar de un Padre que es el Creador del mundo, que tiene el atributo del conocimiento absoluto del pasado presente y futuro y que es absolutamente bueno; no abandonarnos en sus manos es la mayor tontería, pues es renunciar a quien nos puede dar todo para nuestra felicidad y la de nuestros seres queridos. La verdad es que semejante privilegio nos es totalmente inmerecido y sobrepasa nuestro entendimiento, por eso ponerle condiciones es igual de tonto que renunciar a él. Si Dios quiso ser nuestro Padre a cambio de simplemente aceptar ese regalo, lo acepto sin miramientos aún sin entenderlo. Quiero que se haga en mí Su voluntad, sin límites, sin condiciones. Debo ser un tremendo egoísta porque quiero todo lo que me ha ofrecido.

Por eso esta tarde todo saldrá bien, sin duda. Saldrá rematadamente bien, divinamente bien.

Ha ganado Obama

En su día, EEUU no estuvo a la altura de la Historia cuando el episodio de las Torres Gemelas. El mundo esperaba una reacción como la de Roma con Cartago.

Esta noche ha ganado Obama. La elemental izquierda española esta eufórica, como todo ese submundo antiamericano que tanto ruido hace; la mayor potencia del planeta mandada por un negrito zumbón… Zapatero ya se verá de papá chicho dando consejos al negrito americano que le mira arrobado. Es anecdótico. España ya no cuenta en el mundo.

Hace un tiempo escribí aquí sobre ello. Sólo me preocupa que los musulmanes y los chinos vean en Obama al negrito zumbón y tengan que pararles los pies. Por lo demás, me parece que los poderes fácticos americanos han colocado a alguien que les ampare frente a la opinión pública sobre lo que tienen previsto hacer. En España sabemos de eso, pues sólo con un gobierno de izquierdas con un pingo al frente, la población se habría dejado expoliar en sus valores físicos y morales, como ha ocurrido; los poderes fácticos españoles sabían que solo con la izquierda se podría montar el negocio del aborto, o la pantomima del matrimonio homosexual, o la subvención a fondo perdido de los millonarios de la banca.

No irá por ahí la política americana, o no sólo por ahí, pues hay que dar carnaza a la fiera “progre” internacional. Ese país que tantos toman por un hombrón rico y fuerte, pero tonto, es efectivamente rico y fuerte, pero no tonto. Y me resisto a creer que tenga vocación de tonto del pueblo, recibiendo pedradas de medio mundo, que para colmo se beneficia de él. También me resisto a creer que el zarpazo del mal sobre sus carnes en aquel elul terrible, quede impune.

La coherencia suele ser dolorosa. Dios nos coja confesados.

viernes, 17 de octubre de 2008

Misioneros rurales

Hace unos días viajé, acompañado de una persona próxima, para visitar a sacerdotes destinados en pequeñas poblaciones españolas. Como en estas fechas empiezan los cursos de catequesis, el objeto del viaje lo completaba con la entrega de material con ese destino, puesto que aunque desde las ciudades y lugares ricos de España nos parezca que este país nada en la abundancia, hay innumerables rincones de nuestra geografía en los que niños en horarios escolares, corretean por las calles, olvidados de los poderes públicos e incluso, a veces, de sus propios padres.

La vida de los sacerdotes en general es muy dura, por la soledad y por la tremenda responsabilidad de pastorear almas de personas sencillas para las que el ejemplo del sacerdote es muy importante. Esto exige la atención permanente de los feligreses, día y noche y siempre en actitud ejemplar. Si nos planteamos esa tesitura y la aplicamos a nuestras vidas, nos haremos cargo de lo esforzado que es mantenerse en constante vigilia y entrega al prójimo

En los misioneros, que suelen ir de destino en destino, este esfuerzo es heroico. Todo empieza cuando llegan a una población de la que no conocen más que el nombre, incluso a veces este detalle es desconocido para la mayoría de los españoles, pues se trata de pueblos realmente recónditos. Una vez allí, donde se les deja caer “desde un helicóptero” - metáfora que me comentaba un misionero para hacer la idea de hasta qué punto su llegada es repentina -, se hacen cargo e instalan en la casa del cura, muchas veces inhabitable. Con su esfuerzo – en el mejor de los casos con la ayuda de su familia que les visita en las vacaciones – consiguen ponerla en condiciones dignas, lo que muchas veces no incluye una calefacción adecuada o agua caliente para la ducha.

Una vez instaladas sus escasas pertenencias en la nueva casa, el misionero debe compartir el sueño, el rezo, el estudio,… con el frío, el calor, la humedad,… Es como eso que vemos en las películas de aventuras en lugares exóticos, interpretadas por actores millonarios, pero interpretado en la España de hoy, sin guión previo, por hombres que han renunciado a ejercer sus carreras para ellos, y se entregan a los demás.

Entregarse a los demás. Cuando el cura llega a su nueva parroquia, se encuentra con una población que lo mira con lupa. Si su predecesor fue “bueno”, con lupa para ver si éste estará a la altura de su predecesor. Si fue “malo”, con la lupa del resabio. Es uno frente a todos. Un recién llegado frente a todos que viven allí desde siempre. ¡Menuda papeleta!

Luego hay que conocer a todos los vecinos, ir familiarizándose con sus circunstancias, recibir los portazos de los que no quieren saber nada y la actitud defensiva de “a ver lo que pasa” de la mayoría. Si el corazón del misionero es grande y el carácter el adecuado, con el tiempo y mucha paciencia las almas se le abren y queda en evidencia lo que le leía a uno de estos misioneros; “hay mucha gente buena…”.

El misionero debe celebrar la misa diaria, rezar el rosario con las señoras del lugar – siempre hay mujeres mayores con cantera inagotable -, organizar las procesiones, los días de los patronos, los actos en las fiestas religiosas. Convencer, consolar, escuchar, confesar. Recuperar o mantener el templo y la ermita, si la hay, organizar a los vecinos en actividades culturales, pedir dinero, gastárselo en ellos. Al tiempo, mantener las relaciones institucionales con el obispado, con el superior de su orden, con los curas de parroquias vecinas, con el alcalde, a veces socialista o comunista, cuando no de la no menos egoísta derecha.

Y cuando todo está establecido, cuando la casa ha llegado a ser algo que se parece a un hogar, cuando las gentes le quieren, cuando los niños y los jóvenes hacen de la casa del cura el lugar abierto donde se reúnen como alternativa a la discoteca, cuando hasta el alcalde socialista, comunista o de derechas ya va a misa, cuando el misionero tiene el merecido reconocimiento de pastor por sus propias ovejas,.. una llamada del obispo le exige cambio de destino, porque es mucha la mies y pocos los segadores. Y otra vez a hacer las maletas, y a dejar un trocito de corazón en aquel pueblecito, y a despedirse de los que le quieren para nunca más volver a verlos. Y otra vez volver a empezar, con una sonrisa, con el corazón entregado, con fe, esperanza y caridad, que de otra forma un misionero no sirve.

Y todo siempre solo. ¡Qué dura losa la soledad! Algunos atolondrados apelan a que se autorice el matrimonio para ayudar a llevar ese peso. La Iglesia católica no cede porque no sería lo mismo. Los discípulos lo dejaron todo por Jesús. No se puede repicar y andar en la procesión. Un cura casado se debe a su familia y las gentes de los pueblos quieren a alguien que se deba a ellos, sólo a ellos. No sería lo mismo. El misionero es un guerrero en plena lucha del espíritu y ningún guerrero se lleva a la esposa y a los hijos al campo de batalla. En este ejército no hay más fuerza que la fe, ni más escudo que el sacramento del orden. El misionero ha de cultivar su fuerza y templar su escudo para mantenerse en pie. No es fácil y por eso algunos caen. El combate es cada día más fuerte. Es milagroso que queden tantos en pie y que se sigan enrolando soldados para esta guerra.

Ya sabemos que las cosas son así, pero cuando se viven pasan del saberse al sentirse, a compartir en el corazón su sacrificio. Seamos creyentes o no, debemos ver a los sacerdotes como personas entregadas que han renunciado a todo por sus semejantes… ¡sólo planteárselo es ya un mérito!, vivirlo, un ejemplo encomiable. De acuerdo que tanta exigencia pueda a algunos sacerdotes romperles el alma – seamos entonces prudentes en su trato – pero ya la Iglesia sabe qué hacer. En cualquier caso, no hay redil sin oveja negra, pues la humanidad nos es una grandeza común, aún con sus miserias. Ya hay quien juzgará.

Y hacerles la vida fácil es, lo primero, sentir afecto hacia ellos, lo que se traduce en un trato respetuoso y deferente. ¿No sentimos natural respecto y afecto por los monjes budistas, por ejemplo – aunque no seamos creyentes en nada - cuando los vemos en actitud recogida y con sus hábitos? ¿Y van a ser menos nuestros sacerdotes? ¿Menos porque los tenemos cerca, aunque no los conozcamos? ¿Menos porque no son exóticos? ¿Vamos a ser así de banales?

¿Cómo hacerles la vida fácil? No hay que buscar tres pies al gato; ¿por qué cuando vamos de turismo rural, no pasamos a saludar al cura, quizás después de la misa?, ¿por qué no invitar a comer a nuestro párroco algún día que la circunstancia lo propicie?... y si no tratamos con curas o no somos creyentes, pero respetamos su labor, ¿por qué no depositar de forma discreta y generosa un dinero en el cepillo de la iglesia del pueblo? ¡Hay tantas ocasiones en las que podemos hacer un gesto que ayude a un hombre bueno en su duro camino! ¿No fueron la Verónica o Simón de Cirene, bálsamos en la pasión del buen Jesús?

martes, 14 de octubre de 2008

Formarse es necesario

Dos citas de lectura necesaria:

En el buscador católico http://www.buigle.com/, que deberíamos colocar como página de inicio en nuestro ordenador, en el apartado “El video del mes”, aparece un documento sobre la “Contundente explicación del Doctor Carlos Fernández del Castillo sobre qué es un embrión” (http://www.buigle.com/detalle_modulo.php?sec=6&i=1). Dura diez minutos y es muy interesante, y fácil para aquellos que leer les resulta duro.

En http://es.catholic.net/, en su página principal, en la sección “Sexualidad y Bioética”, aparece un artículo sobre “Transplantes y muerte cerebral”, que es imprescindible leer (http://es.catholic.net/sexualidadybioetica/345/441/articulo.php?id=38874 ). La entradilla dice: “El periódico del Papa ha cuestionado si el cese de actividad cerebral es suficiente para certificar la muerte y ha reabierto la discusión sobre la remoción de órganos de "cadáveres calientes" mientras el corazón sigue latiendo”.

Formarse es necesario: “...Sedlo [firmes en la fe] ante todo mediante el conocimiento profundo y gradual del contenido de la doctrina cristiana. No basta ser cristianos por el bautismo recibido o por las condiciones histórico-sociales en que se ha nacido o se vive. Poco a poco se crece en años y en cultura, se asoman a la conciencia problemas nuevos y exigencias nuevas de claridad y de certeza. Es necesario, pues, buscar responsablemente las motivaciones de la propia fe cristiana. Si no se llega a ser personalmente conscientes y no se tiene una comprensión adecuada de lo que se debe creer y de los motivos de tal fe, en cualquier momento puede hundirse fatalmente y ser echado fuera, a pesar de la buena voluntad de padres y educadores.…”. Santo Padre Juan Pablo II a un grupo de jóvenes católicos. Marzo de 1979.

domingo, 12 de octubre de 2008

El Génesis y el origen del universo y de la vida.

Agradezco la revisión de estas líneas al p. Antonio Mª Doménech mCR.

La “nueva” ciencia.

Últimamente, en alguna prensa española, se viene repitiendo que las teorías científicas que dan como cierto el origen creado del universo y de la vida, lo que en general conocemos como “creacionismo”, son una moda venida de fuera que se está instalando hoy en España. Eso no es cierto y tal coincidencia en la divulgación de semejante mentira no puede deberse más que a una campaña malintencionada que quiere presentar a los defensores del creacionismo como a unos reaccionarios frente a la idea “innovadora” que sería el evolucionismo. La realidad es totalmente contraria.

Podríamos extendernos sobre este extremo, pero sería desperdiciar esfuerzo y tiempo en desmentir una mentira tan grosera. Por eso, sólo recordaré que el cuestionario oficial de la asignatura de Biología del bachillerato, durante ¡la dictadura de Primo de Rivera! incluía, entre otros, el tema “creacionismo y evolucionismo”; estamos hablando de 1928. No pueden alegar los que dicen ignorar esta circunstancia, que al ser una cuestión técnica esto del evolucionismo naciente fuera un asunto exclusivo de los ámbitos académicos; hasta tal punto fue un tema presente en la cultura española, que se cita en lugares como la popular obra de Benito Pérez Galdós, “Fortunata y Jacinta”[1]. Pretender hoy que eso del “creacionismo” es una novedad en España, es abusar del caos cultural que aquella misma prensa lleva lustros ayudando a crear.

Si repasamos la historia, observaremos que la investigación científica nunca ha pretendido evadirse del concepto de Dios. De hecho, no es asunto de la ciencia empírica tratar sobre la existencia de Dios, que es tema de otras ciencias. Por eso Dios siempre ha tenido cabida en el ámbito de la ciencia, nunca ha molestado. De hecho, si Dios es la Verdad, mal podría molestar a una ciencia que busca, como último fin, la Verdad[2].

Pero esa pacífica y razonable actitud intelectual se quebró en el momento en que Darwin y sus seguidores trataron de imponer a martillazos – sin ninguna base científica pero con una fuerte presión mediática - la teoría evolucionista y, sobre todo, utilizaron el evolucionismo como instrumento de militancia atea, sin que realmente hubiera razones para ello[3]. De hecho en España, la discusión primera entre “creacionismo” y “evolucionismo” no fue académica, sino el enfrentamiento entre católicos y anticatólicos; la teoría evolucionista fue una mera excusa, otra arma arrojadiza contra la Religión por parte de unos “científicos” evolucionistas que no investigaron sobre evolucionismo, sino que tan sólo utilizaron esa teoría en su versión más panfletaria para atacar la idea de Dios. No hay en todo ese tiempo obras españolas de relevancia científica sobre el evolucionismo, aunque sí mucho refrito politizado[4].

El evolucionismo se vio pues enseguida instrumentalizado en la lucha política como arma de la izquierda, siendo utilizado con mala fe en lugar de ser discutido con objetividad como motivo científico. No podía ser de otra forma pues las especulaciones de Darwin sobre la evolución eran de género intuitivo, no científico y por lo tanto eran – y son - muy vulnerables a la crítica científica. Darwin no elaboró una teoría científica, sino que planeó unas hipótesis que se vieron totalmente desbordadas desde el principio – como él mismo reconocía – por los registros fósiles. Años después, cuando el sacerdote agustino Mendel fijó las bases de la moderna genética, las especulaciones de Darwin se sumieron en el más profundo caos, por ir en contra de las leyes de la herencia. La presión mediática mantuvo, con algunos retoques, los criterios de Darwin en la palestra, llegando a nuestros días como un esperpento insostenible que sorprendentemente algunos científicos y muchos periodistas y divulgadores defienden, aunque con poca convicción y menos argumentos.

A ese planteamiento populista y dogmático – muy apoyado por los ambientes intelectuales y mediáticos materialistas - se debe su fulgurante éxito en las aulas y en la sociedad y, a la vez y como consecuencia, su escasa consistencia teórica en relación con lo que podría esperarse de una teoría – siempre hablamos de una teoría - con tanta popularidad. En 1860 Carlos Marx escribió a su colaborador Federico Engels, en relación a la aparición de la obra de Darwin The origin of species[5]: “…este es el libro que contiene el fundamento histórico natural de nuestros puntos de vista…”[6]. El mismo Marx, en una carta a Lassalle, le dice: “… La obra de Darwin es más importante, y sirve a mi propósito en cuanto ofrece una base, desde la ciencia natural, a la histórica lucha de clases. Uno, sin embargo, debe tener en cuenta esa pesada forma inglesa de argumentar. A pesar de todas las deficiencias, aquí encontramos, por primera vez, que la teleología [7] en la ciencia natural no sólo ha recibido un golpe mortal, sino que tiene un significado racional que se puede explicar empíricamente…”[8]. En su euforia utilitarista, su mala fe y su evidente falta de escrúpulos, Marx se equivocaba de bulto. Por lo demás, sobran las palabras.

Pasada la primera fiebre evolucionista-iconoclasta, parecía que las cosas se habían calmado y vuelto a su ámbito académico. A lo largo de muchos años la ciencia española siguió investigando y progresando sin necesidad de enfrentar ciencia y Dios y menos en la arena de la calle. Nuestros más insignes científicos han visto la mano de Dios en la creación[9] o se han mantenido en discreto silencio al respecto[10]. Pero ahora, una prensa española moralmente sobornada e intelectualmente mediocre quiere reavivar el rancio argumento de la izquierda dieciochesca, planteándonos que en la nueva ciencia no cabe Dios, que el universo se explica por sí solo, que el hombre es un mono evolucionado y por lo tanto carece de la dignidad que merece desde su concepción y que, en consecuencia, los monos deben gozar de los mismos derechos que el hombre… esos periodistas que confunden “andó” con “anduvo”, nos quieren explicar lo que dice la ciencia.

Para finalizar esta previa, no puedo dejar de incidir en las malas artes de los manipuladores de la teoría evolucionista que, como veíamos más arriba, ha sido utilizada por muchos como un arma arrojadiza contra la Religión. Tal sería la situación creada por la actitud agresiva de quienes pretendían imponer evolución materialista, y humo para ocultar sus deficiencias, que así advertía sobre la perversa manipulación de la teoría evolucionista – la evolución planteada adecuadamente, de documentarse algún día, no tendría porqué ser atea - la explícita instrucción de Su Santidad Pío XII; “…sabemos también que tales nuevas opiniones [evolucionismo ateo y otras que cita en la Encíclica] hacen su presa entre los incautos, y por lo mismo preferimos poner remedio en los comienzos, más bien que suministrar una medicina, cuando la enfermedad esté ya demasiado inveterada. Por lo cual, después de meditarlo y considerarlo largamente delante del Señor, para no faltar a nuestro sagrado deber, mandamos a los obispos y a los superiores generales de las órdenes y congregaciones religiosas, cargando gravísimamente sus consecuencias, que con la mayor diligencia procuren el que ni en las clases, ni en reuniones o conferencias, ni con escritos de ningún género se expongan tales opiniones, en modo alguno, ni a los clérigos ni a los fieles cristianos…”[11].

El Génesis.

El primero de los libros que forman la Biblia, es el Génesis. A los efectos que nos interesan en esta nota, el Génesis narra la creación por Dios del universo y de la vida, y también del hombre[12]. Las tradición cita a Moisés como su autor[13], lo que sitúa el origen de este libro alrededor del s. XV a. J.C., aunque el texto, naturalmente, estaría escrito posteriormente recogiendo la tradición oral recibida de Moisés.

Como libro integrado en la Biblia, el Génesis fue escrito inspirado por Dios[14]. Su lectura puede ofrecer dudas que podemos interpretar a la luz de nuestra razón[15] o buscando su sentido – dónde dudemos o no lleguemos - en el Magisterio de la Iglesia. Las interpretaciones personales o atolondradas de los textos bíblicos conducen a caminos sin salida y a verdaderos absurdos.

Para el creyente aquí debería empezar y acabar lo que se refiere al Génesis en cuando a su credibilidad, que es toda, puesto que se trata de un libro inspirado por Dios. Esto supone que ese texto carece de cualquier intención perversa y engañosa que nos pudiera alejar de la Verdad. Su interpretación es evidente en algunos puntos y en otros precisa de la orientación del Magisterio de la Iglesia. El creyente debe realizar la lectura del Génesis, como la del resto de las Sagradas Escrituras, encomendándose para que “…no me engañe yo en ellas, ni engañe a nadie con ellas....”[16].

Pero el no creyente, que muchas veces sólo conoce el Génesis por malas referencias o por su lectura sesgada y parcial, puede ver en él una fantasía o un contenido disparatado. No es así. Es cierto que la fe es un requisito para el provecho espiritual de su lectura, pero el contenido “técnico” del Génesis no es disparatado si lo contemplamos a la luz de las más modernas teorías científicas sobre el origen del universo y de la vida o, dicho con rigor cronológico, las más modernas teorías científicas verifican el fondo de la narración del Génesis; la persona que lea el Génesis con escepticismo pero con el corazón y la mente abiertas, se sorprenderá de la descripción coherente que hace de la creación del universo y de la vida, y se sorprenderá aún más al ver que su argumento de fondo es el mismo al que han llegado las más modernas teorías sobre el origen del cosmos, a pesar de que el Génesis tiene más de ¡tres mil quinientos años de antigüedad! y que fuera su autor el líder de un inculto pueblo nómada. La circunstancia es demasiado sorprendente como para que resulte simplemente anecdótica.

Los conocimiento actuales de la ciencia sobre el origen del universo y sobre la vida, son absolutamente compatibles con lo expuesto en el Génesis, como no podría dejar de ser. Es decir, que el Génesis describe con coherencia la creación del mundo y su exposición sobre la creación del hombre es compatible con una teoría de la evolución. No pretendo decir que el Génesis sea un libro de ciencias naturales, pues hemos de tener claro que “…la interpretación cristiana del Antiguo Testamento es… una interpretación teológica, pero al mismo tiempo plenamente histórica”[17], pero me tomo la licencia de intentar explicarlo como tal, para aquellos que no posean la gracia de la fe.

El origen del universo.

La narración del Génesis es poética [18] y utiliza expresiones que tienen intención pedagógica, sin que su sentido tenga que ser literal; no tienen porqué ser días naturales los seis días de la creación, aunque sí lo creado y su sucesión. También está sujeta a recursos literarios y existen omisiones en las generaciones posteriores a Adán y Eva; su literalidad lleva a errores de bulto sobre el tiempo de existencia del hombre sobre la tierra. Sin embargo, aunque el Génesis no utiliza los métodos de la ciencia empírica, si tiene valor histórico y como tal debe tenerse[19]. El cómo interpretar el Génesis es algo que la razón nos orienta. La piedra de toque de nuestro acierto la tenemos en el Magisterio de la Iglesia. Más arriba hablé sobre ello[20].

Dice el Génesis: “Al principio creó Dios los cielos y la tierra. La tierra estaba confusa y vacía y las tinieblas cubrían la haz del abismo, pero el espíritu de Dios se cernía sobre la superficie de las aguas”[21].

Empieza el texto con un acto de fe, que no afecta a la forma “técnica” de cómo se creó el mundo; Dios crea los cielos y la tierra. Esta fórmula es compatible con la actual teoría de la formación del universo, que sólo pretende decir cómo se creó, omitiendo si lo creó “alguien”, pues no es ese el cometido de la ciencia empírica. Las reacciones físico-químicas primigenias que crearon el universo, no excluyen el que fueran alentadas por Dios. De hecho el texto sagrado dice que “el espíritu de Dios se cernía” sobre todo aquel conjunto de materia, es decir, Dios no era parte de las reacciones que se estaban sucediendo, sino que se cernía sobre ellas, las inspiraba. En química diríamos que Dios “catalizaba” el origen del mundo.

No nos dice el Génesis si ya había algo creado - ni que “algo” caso de haberlo - antes de que Dios crease el mundo, o en qué espacio o ámbito lo creó. La ciencia actual se acerca a conocer los procesos “materiales” concretos de ese aparente caos, pero sigue sin saber dónde “flota” el universo ni qué hay más allá de él. En realidad, no sabemos si nos lo dice el Génesis, sólo podemos decir que hasta hoy no lo hemos sabido interpretar, si es que hay algo más que interpretar. El estudio de la Biblia reverdeció con Santo Tomás de Aquino, que dio un nuevo enfoque a su estudio, hasta hoy. No sabemos que nos depara el futuro. De hecho, a medida que avanza la civilización, las Sagradas Escrituras van desvelando al hombre circunstancias que antes aparecían inéditas, como si fuera dosificando su contenido para desvelarlo a medida que el hombre está espiritualmente maduro para conocerlo. Sirva de ejemplo el Santo Sudario, arrinconado en un arcón, aunque conocido, durante medio milenio, para que de forma providencial apareciese en la escena pública cuando podía ser avalado por las más modernas técnicas de datación y análisis.

Las teorías modernas sobre el origen del universo están basadas en la teoría del “Big Bang” (“gran explosión”); según ello, toda la materia y energía estaban aglutinadas en un núcleo inicial, que tras una gran explosión se expande hasta hoy[22]. Tras esa explosión la materia y energía se expandieron y se formaron y se están formando los planetas y todas las estructuras que conocemos en el universo, ya en un proceso que
interesa a la ciencia empírica, puesto que la Iglesia “deja a la libre disputa de los especialistas,… muchas cosas que ni directa ni indirectamente se refieren a la fe o a las costumbres”[23]. Por cierto que la teoría del “Big Bang” que todos conocemos y que abrió la línea de investigación que sigue la ciencia hasta nuestros días, se debe al astrofísico y sacerdote católico Georges Lemaître (1894-1966).

No veo incompatibilidad entre la narración de que “la tierra estaba confusa y vacía” y la actual teoría del nacimiento del universo a partir de un núcleo inicial confuso de materia y energía. De hecho, por el propio contexto de la narración bíblica, nunca identifiqué “la tierra” con el “planeta tierra”, sino con la materia del universo. Quizás podemos interpretar que la tierra, nuestro planeta, estaba confuso en la masa inicial. En cualquier caso, no veo que esa narración del Génesis deba provocar una sonrisa benévola – en los católicos más emancipados - como si se tratara de un cuento de niños, ni la carcajada en el militante endomingado de la relicta “gauche divine” desaliñada. Es razonable que el autor del Génesis utilizara términos comprensibles y próximos para un pueblo nómada de hace tres mil quinientos años y aún así, es sorprendente lo verosímil de la narración en relación con las teorías actuales. Muchos pondrían pegas aunque el Génesis enunciara literalmente la teoría de la relatividad.

La ciencia moderna demuestra esas teorías del nacimiento y la evolución del universo – no olvidemos que son teorías – con cálculos matemáticos. Paradójicamente, los aspectos no resueltos los solventa pidiéndonos un ¡acto de fe!; más allá del universo y antes que él, no hay ni había nada, pues el espacio y el tiempo nacieron con el Big Bang y se expanden con el universo. El universo flota en el infinito. Nuestro cerebro no alcanza a conocer los conceptos de “espacio” y “tiempo” – tan sólo los sabe medir -, ni asimila la idea de “nada”. Tampoco la de “infinito”. La ciencia nos nombra con unas palabras incomprensibles los puntos que no puede explicar y nos pide que la creamos aunque no la entendamos. Intentemos imaginar esa situación previa al universo y lo que hay más allá de él. Cuando nos duela la cabeza lo podemos dejar; es perder el tiempo.

Dice el Génesis: “…Dijo Dios:”Haya luz”; y hubo luz. Y vio Dios ser buena la luz, y la separó de las tinieblas; y a la luz llamó día, y a las tinieblas noche, y hubo tarde y mañana, día primero…”[24].

Luego Dios creó la luz. Según la ciencia, en el proceso de expansión del universo se formaron las estrellas y los planetas. Estrellas como el sol producen la luz que será luego necesaria para la formación y mantenimiento de la vida en los planetas. La luz apareció tras el caos inicial y previa a la vida. Las explicaciones del Génesis no son tremendamente precisas – ni tampoco nada disparatadas - pero ninguna otra cultura ha presentado textos con semejante antigüedad y - a la vez - tan precisos sobre el origen del universo. Probablemente esta génesis del universo fue incomprensible durante milenios a los lectores del texto sagrado, pero gracias al desarrollo de la ciencia empírica moderna, hoy la podemos entender y verla realista y factible. Es el momento de recordar que las teorías más moderna y aceptadas sobre el origen del universo se basan en la idea del Big Bang, debida a un astrofísico, sacerdote católico.

El escenario de la vida.

Dice el Génesis: “…Dijo luego Dios: “Haya firmamento en medio de las aguas, que separe unas de otras”: y así fue. E hizo Dios el firmamento, separando aguas de aguas, las que estaban debajo del firmamento de las que estaban sobre el firmamento. Y vio Dios ser bueno. Llamó Dios al firmamento cielo, y hubo tarde y mañana. Segundo día…”[25].

Luego Dios manda que se empiece a organizar el mundo, preparando el ambiente que hará posible el asentamiento de la vida. Quizás Dios ordena todo para que la vida nazca por azar – lo que es dudoso pues hoy sabemos que la probabilidad del azar fue prácticamente nula - pero lo que sí es cierto es que la vida surge tras una perfecta previsión del mecanismo que la hiciera aparecer, como muestra el hecho de que desde el principio, todo el proceso de la creación van dirigido a establecer un ambiente favorable a un determinado tipo de vida, el nuestro.

Dios separa las aguas de encima y de debajo del firmamento, del cielo. Los antiguos entenderían que el Génesis se refiere a las aguas de la tierra (mares, ríos, lagos…) de las del cielo, de la lluvia. Pero hoy sabemos que es muy pronto en el proceso, para hablar de las aguas en el sentido de ríos y lluvias en un planeta en formación. ¿A que podría referirse el Génesis?

No lo sabemos. Porque aún hoy no sabemos con certeza el origen del agua de los océanos. La tierra procede del enfriamiento de un magma. En ese ambiente de miles de grados, mal podría sobrevivir un agua que se vuelve vapor a sólo cien grados. El hecho de que al enfriarse la tierra apareciera agua, se debería a que el agua estaba contenida de alguna forma en las rocas. Aún así, el agua procedente de la deshidratación de las rocas no sería suficiente como para llenar las cuencas oceánicas. Recurrir a las lluvias no es un argumento, pues forman un “circuito cerrado” con las aguas del mar. En definitiva, que juzgar ese punto del Génesis con tan pocos argumentos como tenemos, parece un poco frívolo. El no creyente deberá reconocer que salvo la aparición de Dios en el argumento – que es un acto de fe, con evidencias rotundas para los corazones abiertos - todo lo demás no parece disparatado y poco tiene que discutir, pues carecemos de argumentos.

Dice el Génesis: “…Dijo luego: “Júntense en un lugar las aguas de debajo de los cielos, y aparezca lo seco”. Así se hizo; y se juntaron las aguas de debajo de los cielos en sus lugares y apareció lo seco; y a lo seco llamó Dios tierra, y a la reunión de las aguas, mares. Y vio Dios ser bueno…”[26].

Perdemos aquí la pista de las aguas de encima del firmamento y Dios organiza las de debajo. ¿Significa que el Génesis nos da datos de sucesos o situaciones que en futuro iremos entendiendo, a medida que la ciencia avance? No lo sé, pero a juzgar por lo riguroso del resto de la exposición, no deberíamos ser demasiado concluyentes juzgando a la negativa.

Ordena Dios que se “junten” en un lugar las aguas. El agua estaba dispersa, como hoy sabemos por las teorías que nos dicen que el agua formaba parte de las rocas, tal como vimos más arriba. Las rocas se deshidrataron y aportaron agua que se “juntaron” en las cuencas oceánicas, colaborando en la formación de los mares. Con ello aparecieron los continentes, lo seco. La carga literaria y poética del relato milenario no desfiguran la realidad a la que se va acercando la ciencia moderna. El relato del Génesis sigue sin ser fantasiosos ni disparatado, muy al contrario, acorde con lo que hoy sabemos.

Debo insistir, y lo haré de nuevo más adelante, que Dios se “cierne” sobre todo este proceso. Quien quiera desacreditar el relato imaginando a un señor con barba y una varita mágica dando toques creativos a una masa en ebullición, es un soberano tonto. La presentación retórica es la fórmula expositiva del autor inspirado para hacer comprender un proceso complejo a un pueblo pequeño e ignorante, es la parte poética del relato. Una mente libre y moderna no tiene duda en ver en el relato un proceso creativo coherente como conjunto y, a la vez, compatible con lo que la ciencia va descubriendo sobre el origen del universo. No podría se de otra forma.

Tercer día: Dios crea los seres vivos.

Dice el Génesis: “…Dijo luego: “Haga brotar la tierra hierva verde, hierva con semillas, y árboles frutales cada uno con su fruto, según su especie…”[27].

Es el tercer día. Una vez separadas aguas y tierra, aparecen las plantas. Es coherente con lo que conocemos. No matiza entre algas, líquenes,… Todas son fanerógamas, las que los oyentes conocían. Tampoco hay referencia temporal al tiempo que tardó Dios en crear las plantas, ya que la referencia del “día” es meramente pedagógica, por lo que es compatible con la creación en el tiempo de algas elementales, estructuras más complejas y al final, árboles frutales. No me escandaliza ni me lo tomo al pie de la letra. Ignoro incluso si se nos escapa algún matiz del relato. Sí me llama la atención que Dios crea cada vegetal “según su especie”. Algo significa que el autor matizase este punto, que en principio sería intrascendente si el futuro de esa creación fuera la evolución. Este es ya un punto de conflicto con las ideas del evolucionismo materialista actual, tan en boga y pretendidamente indiscutible. Las teorías creacionistas creen que cada especie fue creada y que luego pudieron variar – sin creación de órganos nuevos – por motivo de la adaptación, que no evolución. Las teorías evolucionistas teorizan que las especies actuales proceden de la evolución de especies más antiguas. Esto no está en absoluto demostrado y para desesperación de los evolucionistas, a medida que avanza la ciencia genética y paleontológica aparecen más “agujeros negros” – debidos a transformaciones imposibles y evoluciones indocumentadas - en la teoría de la evolución.

En este punto de discordancia debemos plantearnos quien tiene razón, el Génesis o el evolucionismo ateo. Vista la concordancia del Génesis con la ciencia del universo y con los rasgos fundamentales del origen de la vida – como hemos podido observar hasta ahora - y vistas las inmensas lagunas del evolucionismo, no cabe duda de que debemos dirigir nuestra opinión hacia el Génesis, pues nos debe merecer mayor crédito. Ahora bien, hará falta tiempo para que la ciencia descubra que hay realmente detrás de la exposición del Génesis, cuando nos dice que creó cada vegetal “según su especie”.

Dice el Génesis: “…Dijo luego Dios: “Haya en el firmamento de los cielos lumbreras para separar el día de la noche, y servir de señales a estaciones, días y años; y luzcan en el firmamento de los cielos, para alumbrar la tierra”. Y así fue…”[28].

Es el cuarto día. Crea Dios las estrella, el sol y la luna. Ya ha creado el día y la noche el día primero. El autor del texto no puede ignorar lo que ha escrito unas líneas antes, por lo que el cuarto día no debe ser una redundancia del primero. Interpreto, creo que sin demasiada fantasía, que el autor se refiere a que Dios crea primero un orden en el universo, con luz y sombras, con día y noche. Pero es un universo sin vida. Luego, al crear la vida – empezando por los vegetales, como ha concluido la ciencia moderna – se hace preciso un reordenamiento de esa sucesión de día y noche, de unos astros que “sirvan de señales”, lo que hasta ahora no era preciso. Además, al carecer de referencia temporal, ignoramos que pudo suceder en los planetas para justificar esta exposición. Es probable que con el tiempo alcancemos a interpretar que hay detrás de esta exposición, que hoy es incomprensible y parece que desentona con lo que conocemos del origen del universo. En cualquier caso esta laguna no rompe la coherencia intelectual del relato, sólo la acompleja y, desde luego no la hace disparatada, en todo caso desordenada.

Dice el Génesis: “…Dijo luego Dios: “Hiervan de animales las aguas y vuelen sobre la tierra las aves bajo el firmamento de los cielos”. Y así fue…”[29].

Es el quinto día. Dios crea animales de agua y a las aves. Las teorías evolucionistas coinciden en el inicio de la vida en el agua, pero luego colocan – sin demostrar y sin datos - los reptiles y de ellos evolucionan – está por demostrar - las aves. Tampoco en este punto me parece el Génesis un texto absurdo o incoherente. Al contrario, su contenido es asombrosamente parejo a las cuestiones demostradas por la ciencia moderna, y difiere de ella en aspectos que la ciencia todavía no ha demostrado y que parece complejo que lo llegue a hacer.

El relato matiza también en este quinto día que los seres fueron creados por Dios según su especie[30]. De nuevo el conflicto; ¿cada especie fue creada o han surgido unas de otras? Ya lo comentamos y no insistiré. Si tratáramos de un asunto del mundo, podríamos pensar en un término medio, en una solución con parte de los dos planteamientos. Pero no se trata de una negociación sindical y, vista la calidad del relato, de los dos elementos de “negociación”, el que menos garantías tiene hoy – incluso manteniendo al margen el tema teológico -, es el de la evolución.

En este punto, Dios da a los seres que pueblan la tierra – todavía no ha creado al hombre - una instrucción tajante: “…Y vio Dios ser bueno, y los bendijo, diciendo: “Procread y multiplicaos y henchid las aguas del mar, y multiplíquense sobre la tierra las aves”…”[31]. A veces no somos conscientes del profundo significado de la vida, hasta el punto de que la ciencia se conforma con definir la vida teniendo en cuenta cuestiones inmediatas como la respiración, la relación con el medio, el crecimiento,…

Todos esos factores físicos y químicos no determinan la vida, pero los poseen los seres vivos. El relator del Génesis da ya por formado el universo, la tierra, los mares y los espacios secos, las plantas, los peces y las aves. Todo está creado y es en este momento cuando bendice a los seres creados – peces u aves - con el privilegio del crecimiento y la descendencia, es el momento de la plenitud de a vida. Parece que hay un espacio temporal, no sabemos de que magnitud si segundos o siglos, en que los seres creados viven, pero sin esa bendición de Dios.

La instrucción de Dios, su bendición, implica algo más complejo y profundo que el mero proceso metabólico de vivir; el Génesis nos anuncia la creación del milagro de la vida en su sentido más amplio desde el punto de vista genético, ese milagro por el que unas células son capaces de reproducirse indefinidamente, sin agotarse, en una descendencia milenaria de padres a hijos. Esta capacidad de reproducción celular da sentido a que, cuando más adelante crea a un hombre y a una mujer, una sola pareja pueda engendrar una humanidad. Como los milagros de los panes y los peces, la vida es también un milagro por lo inagotable.

¿Están implícitas las plantas en aquella bendición? Las plantas viven pero el Génesis no las incluye en la bendición de Dios a los seres vivos. En otros lugares el autor ha alterado el orden de los sucesos sin dejar de afectar a las partes. ¿Es este caso? Hace tres mil quinientos años hubiera resultado chocante hablar de las plantas en los mismos términos que los peces y las aves, incluso hoy son un mundo incógnito. Quizás ese sea motivo del silencio del relato en relación a las plantas.

Dice el Génesis: “…Dijo luego Dios: “Brote la tierra seres animados según su especie, ganados, reptiles y bestias de la tierra según su especie” Y así fue. Hizo Dios todas las bestias de la tierra según su especie, los ganados según su especie y todos los reptiles de la tierra según su especie. Y vio Dios ser bueno…”[32].

Es el día sexto que, como veremos, no acaba aquí. La teoría de la evolución coloca a los mamíferos como la última etapa del proceso evolutivo, extremo en el que coincide con el Génesis. Sin embargo, coloca a los reptiles por delante de las aves, cuando en el Génesis lo relata al contrario. Bien es cierto que la teoría de la evolución no ha sabido justificar porqué no hay fósiles de transición entre los reptiles y los mamíferos y porqué los mamíferos aparecieron en tropel en un determinado momento de la historia geológica, como antes habían aparecido de sopetón los reptiles, o los peces,…dando la impresión grotesca de que los grupos zoológicos se ponen de acuerdo para dar el salto evolutivo al unísono, sin dejar rastro de un salto que debería haber durado millones de años. Los grandes cataclismos no justifican estos saltos evolutivos solidarios y menos, la falta de pruebas en los registros fósiles.

Y ahora, todavía en el sexto día, viene un episodio especialmente apasionante por lo que nos afecta, Dios crea al ser humano, cronológicamente un hombre y una mujer.

El origen del hombre.

Dice el Génesis: “…Díjose entonces Dios: “Hagamos al hombre a nuestra imagen y a nuestra semejanza, para que domine sobre los peces del mar, sobra las aves del cielo, sobre el ganado y sobre todas las bestias de la tierra y sobre cuanto animales se mueven sobre ella”. Y creó al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó, y los creó macho y hembra; y los bendijo Dios diciéndoles: “Procread y multiplicaos, y henchid la tierra…”[33]

Como dice hoy la teoría evolucionista, el último ser en aparecer fue el hombre. Tal cómo señala el Génesis. La ciencia empírica no se ocupa de quién creo al hombre, para ello está el Génesis, sino de los sucesos que originaron su aparición. Es ese un asunto delicado que veremos a continuación.

Al igual que al resto de los seres creados, Dios hace nacer al hombre de la tierra: “…Modeló Yavé Dios al hombre de la arcilla…” [34], es decir, el origen de todos los seres creados es el mismo, la tierra. La ciencia está intentando descifrar las condiciones ambientales que hicieron posible la vida, asunto en el que el Génesis no entra, pues no es su ámbito. Al hablar de un origen común de todos los seres, nada aporta de nuevo el evolucionismo a la llana exposición del Génesis. Aunque si hemos ser honrados debemos decir que sí aporta algo nuevo el evolucionismo sobre el texto del Génesis; el evolucionismo aporta la opinión no documentada – al contrario, demostrada hoy imposible - de que de un solo ser evolucionaron todos los demás, mientras que el Génesis dice que el origen de todos los seres es común - la tierra -, pero que fueron creados según cada especie. Esto podemos creerlo o no, pero tiene a su favor que la ciencia moderna no ha podido encontrar un origen común de todas las especies, por lo que la hipótesis de especies diferentes, hasta hoy no tiene réplica. Aunque en última instancia, no es este asunto el crucial en la discusión sino el que, sea cual sea el origen de los seres, común o disperso, la vida les fue infundida por Dios. Si además la narración del Génesis describe, como parece, un proceso que en su fundamento técnico es verificado por la ciencia empírica, miel sobre hojuelas.

Al igual que al resto de los seres creados, Dios bendice al hombre instándole para que se multiplique y domine la tierra, es decir, le da la misma bendición que al resto de los seres, con el añadido de ser dominante. Esto supone una categoría biológica superior a la del resto de los seres. Pero lo que realmente diferencia al hombre del resto de los seres creados, es que Dios “…le inspiró en el rostro aliento de vida, y fue así el hombre ser animado…”[35]. Ese aliento de Dios a un ser hecho de la tierra a Su imagen y semejanza, ese “ser animado”, poseer alma, es la gran diferencia del hombre con el resto de la creación.

Esa inspiración y semejanza con Dios no es mensurable por la ciencia, por lo que ninguna teoría de la ciencia empírica puede medirla, aunque un espíritu atento puede contrastarla. Ahora bien, si la ciencia ha demostrado una diferencia esencial entre el hombre y las bestias, como dice el Génesis; si la ciencia reconoce un origen común de los seres creados, como dice el Génesis; si la ciencia observa que la secuencia de lo creado entona con la narración del libro sagrado, si la ciencia observa que está en la naturaleza atávica del hombre la conciencia de divinidad, ¿porqué tanta aversión al contenido del Génesis? ¿Qué tiene el Génesis que hasta a algunos eruditos católicos se les pone la risa floja cuando se le cita? El Génesis no pretende ser un libro científico, no pretende quitar el empleo a ningún académico ni sustituir a ningún acelerador de partículas; es tan sólo, ¡y nada menos!, que una fuente de revelación de la obra de Dios y como tal debería verse como una piedra de toque de la ciencia, no como una verdad hostil, sino como una Verdad final.

El Génesis, ¿realidad o metáfora?

Eso es lo que dice el Génesis sobre el origen del universo y el hombre. Creo que a cualquier lector objetivo, creyente o no creyente, le habrá quedado claro que no es adecuado tildar al Génesis de una fábula o de un escrito incoherente. Es una lástima que incluso oiga hablar del Génesis con displicencia paternalista a intelectuales católicos, como si se les tuviera que perdonar pertenecer a una Religión que tiene entre sus libros sagrados ese texto. Ningún cristiano puede ningunear el contenido espiritual del Génesis, ni tratarlo como un texto secundario; “…Jesús de Nazaret tuvo la pretensión de ser el auténtico heredero del Antiguo Testamento (de la «Escritura») y de darle la interpretación válida, interpretación ciertamente no a la manera de los maestros de la Ley, sino por la autoridad de su mismo Autor: «Enseñaba como quien tiene autoridad (divina), no como los maestros de la Ley» (Mc 1,22)… El Cuarto Evangelio expresa una perspectiva análoga: aquí Jesús atribuye a los escritos de Moisés una autoridad previa a la de sus propias palabras, cuando dice a sus adversarios: " Si no creéis en sus escritos, ¿cómo creeréis en mis palabras? " (Jn 5,47). En un Evangelio en el que Jesús afirma que sus palabras " son espíritu y son vida " (Jn 6,63), esta frase da a la Torá una importancia primordial…”[36].

Y digo al no creyente: Si el Génesis no fuera un texto cristiano, no me cabe duda de que esa sorprendente coincidencia de un relato de hace más de tres mil años, con los descubrimientos de la ciencia moderna, habría hecho del Génesis un libro muy celebrado por la progresía. ¿Cómo una parte de la sociedad que tanto adula los poco conocidos conocimientos astronómicos de las culturas precolombinas o los presuntos conocimientos de los druidas, desprecia el sorprendente contenido del Génesis sobre el origen del mundo, contratados por la ciencia moderna? Está claro que lo inaceptable del Génesis para esa cultura pseudo-intelectual, es la presencia de Dios, peor, la mera cita del Creador.

La Verdad del Génesis no es algo que sorprenda al cristiano, ya que el relato describe lo que Dios quiso que conociera el hombre sobre la creación, lo que debería ser una señal, un hito en el camino de la investigación científica. No se trata de que el Génesis deba coaccionar al investigador, sino que sea una referencia útil. El monje agustino Gregor Johann Mendel no estaba condicionado por el texto sagrado cuando descubrió las leyes de la herencia que revolucionaron el mundo científico, pero su mente libre y corazón abierto al conocimiento verdadero hicieron progresar la ciencia hacia la Verdad. Igual ocurrió con el astrofísico y sacerdote católico George Lemaître cuando postuló la teoría del Big Bang, que ha sido la base de las teorías modernas sobre el origen del universo; y con Carlos Linneo (1707-1778), cuando sentó las bases de la clasificación biológica moderna y defendió la obra del Creador; y con Isaac Newton (1643-1727), cuando desarrolló su capacidad científica llegando a ser considerado como el mayor científico de todos los siglos; y con el científico Nicolás Steno (1638-1686), obispo católico, cuando sorprendió a la ciencia con su visión sobre el origen de los fósiles… Dios ha estado siempre presente en el alma de los científicos que han revolucionado la ciencia. Dios no necesita a la ciencia, la ciencia a Dios sí. Así lo demuestra la historia de la humanidad.

La teoría evolucionista, de demostrarse cierta algún día aunque sea parcialmente, entonces como toda ciencia veraz no será incompatible con la existencia de Dios. Dios tiene cabida en toda Verdad, pues es la Verdad última. Dios “se cierne” sobre la ciencia, inspirándola. Es una cuestión de fe, pero bien es cierto que asumiendo esa Verdad la humanidad ha progresado técnica y espiritualmente. Por el contrario, no aceptando ese principio de fe, la ciencia se desorienta y el hombre marcha por derroteros que le llevan a ninguna parte. El materialismo ateo no ha llevado más que a utilizar la técnica y la ciencia como instrumentos contra la sociedad; una muestra de ello son las filosofías comunistas, cuya puesta en práctica provocó, y aún hoy sigue en ello, la mayor mortandad en la historia a manos de una ideología. O el materialismo capitalista que utilizó la energía nuclear para destruir vidas. La historia tiene constante ejemplo de lo estéril y efímero de una ciencia sin Dios.

Por último, la teoría evolucionista no es lo que pretende la sociedad materialista que la impulsa. Existen tantos eslabones perdidos, que lo que está perdida, desorientada, es la propia teoría. ¿Cómo se justifica que unas especies hayan evolucionado mucho y otra nada, en millones de años? ¿Cómo se justifica que en el inicio de la vida existieran ya organismos muy sofisticados, como los trilobites y la estructura de sus ojos - esta última que ha perdurado en los insectos hasta hoy, tal era su grado de perfección - sin que se tenga noticia de sus presuntos precursores? ¿Cómo puede justificarse que no existan registros fósiles de los seres que durante millones de años deberían haber sido la transición de las distintas especies? ¿Cómo es posible que lo que decimos de los animales – la falta de fósiles de esa transición - ocurra también con la evolución de hombre, habiéndose llegado a la astracanada de interpretar como seres humanos lo que eran evidentemente simios, y al contrario? No puedo dejar de citar brevemente una historia tristemente célebre, que no fue un hecho aislado pues el evolucionismo llevó aparejado en sus orígenes un racismo brutal: En plena euforia evolucionista, en 1905, se expuso en la Feria Mundial de San Luís y luego en el zoológico del Bronx, a un pigmeo de la etnia Batwa (Río Kasai, antiguo Congo Belga), llamado Ota Benga. Al pigmeo se le exponía junto a un orangután y se le presentaba como una prueba del “eslabón perdido” entre el mono y el hombre, una de las muchas piezas que los evolucionistas precisaban para hacer verosímil sus teorías. Ota Benga se suicidó a los 32 años.

La teoría de la evolución no es que exija fe en científicos obcecados en alcanzar un fin a cualquier precio, sino que exige tener unas tragaderas que sólo tienen los alelados por la magia de los medios. Y aún a pesar del tremendo peso mediático del evolucionismo ateo, los planteamientos del Génesis sobre el origen de la vida – considerados incluso solo en su aspecto “técnico” - tienen mayor soporte científico, a la luz de los conocimientos actuales, que los insolventes planteamientos evolucionistas. Pero en cualquier caso, no debemos tener la menor duda de que Dios esta siempre presente cuando la ciencia busca la Verdad, como vemos que viene ocurriendo desde que el mundo es mundo.


[1] “…Juanito se reunía con otros cachorros en la casa del chico de Tellería (Gustavito) y allí armaban grandes peloteras. Los temas más sutiles de Filosofía de la Historia y del Derecho, de Metafísica y de otras ciencias especulativas (pues aún no estaban de moda los estudios experimentales, ni el transformismo, ni Darwin, ni Haeckel) eran para ellos, lo que para otros el trompo o la cometa…”. PÉREZ GALDÓS, Benito. Fortunata y Jacinta (1886-1887).
[2] “…La Iglesia apoya la libertad de investigación, que es uno de los atributos más nobles del hombre. A través de la búsqueda, el hombre llega a la Verdad: uno de los nombres más hermosos que Dios se ha dado a sí mismo. Porque la Iglesia está convencida de que no puede haber contradicción real entre la ciencia y la fe, ya que toda realidad procede en última instancia de Dios creador…”. JUAN PABLO II. “Discurso del Papa Juan Pablo II a los representantes de las Reales Academias, del mundo de la Universidad, de la Investigación, de la Ciencia y de la Cultura de España”. Viaje Apostólico a España. Madrid, miércoles 3 de noviembre de 1982.
[3] El evolucionismo, teoría muy lejos de estar demostrada hoy y cada vez con más “vías de agua”, no tiene porqué excluir la existencia de Dios. Lo veremos más adelante, pues es uno de los temas centrales de estas líneas.
[4] “…En España la influencia de la teoría darvinista no se puede decir que fuera notable. Tanto los naturalistas y biólogos experimentales como los teóricos, no le hicieron mucho caso. El Origen de las especies no se tradujo al castellano hasta 1877,y aún eso, obligado por la fama de Darwin…” (F. NICOLAU. Teories evolucionistes i ciencia de l’evolució. “Col·lecció cultura i pensament”. Claret, 2003).
[5] Marx y Engels sólo conocieron esta obra de Darwin.
[6] “Marx and Engels, Letters”. Carta del 16 de diciembre de 1860.
[7] “Doctrina de las causas finales”, en el Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española.
[8] Marx-Engels Correspondence 1861. Marx to Ferdinand Lassalle in Berlin. London, 19 January, 1861.
[9] “La vida y la estructura van más allá de nuestros recursos amplificantes y de la potencia reveladora de nuestros métodos... En la ausencia de datos suficientes para formular una explicación racional... abstengámonos de imaginar hipótesis... de esta excesiva confianza en los recursos teóricos que para la resolución del supremo enigma de la vida pueden ofrecernos las ciencias auxiliares, adolecen casi todos los modernos creadores de teorías biológicas generales, aunque éstos tengan nombres tan justamente célebres como Herbert Spencer, Darwin, Haeckel, Heitzmann, Bütschli, Noegeli, Altmann, Weissmann, etc.... en lugar de abarcar con su mirada el horizonte entero de la Creación, sólo han logrado explorar un grano de arena perdido en la inmensidad de la playa...”. RAMÓN Y CAJAL, Santiago (premio Nobel de Fisiología o Medicina 1906). Fundamentos racionales y condiciones técnicas de la investigación biológica. Discurso de ingreso en la Real Academia de Madrid. 1895.
[10] “… El presidente de la Fundación Miguel Castillejo y ex presidente de CajaSur, Miguel Castillejo, amigo del Nobel [Severo Ochoa, Premio Nobel de Fisiología o Medicina 1959], impartió una conferencia sobre la relación entre Severo Ochoa y Dios… Miguel Castillejo realizó una extraordinaria intervención en la que analizó la relación entre la ciencia y la fe para concluir con su experiencia personal con Severo Ochoa. De ésta, destacó los diálogos que mantenían ambos sobre los “planteamientos existenciales y espirituales”. Para Castillejo, Severo “fue un hombre que, sin hacer nunca confesión pública de la fe, proclamaba los valores de la fe en los demás, un hombre que evidenció plenariamente en su vida personal y familiar el respeto más acendrado por los sentimientos religiosos”. Organización Médica Colegial de España. Boletín digital del 28 de septiembre de 2008. http://www.cgcom.org/noticias/2005/12/05_12_05_severo_ochoa. (Consulta: Noviembre, 2008).
[11] PÍO XII. “Carta Encíclica Humani Generis”. Roma, 1950.
[12] "En el principio, Dios creó el cielo y la tierra" (Gn 1,1). Con estas palabras solemnes comienza la Sagrada Escritura…". Catecismo de la Iglesia Católica, 279.
[13] “…Testamenti Veteris: Quinque Moysis, id est Genesis, Exodus, Leviticus, Numeri, Deuteronomium…” (“…Del antiguo Testamento: cinco de Moisés, esto es el Génesis, etc”). Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II. Nova vulgata. Bibliorum Sacrorum Editio. Decretum de Canonicis Scripturis. Appendix.
[14] "…La santa Madre Iglesia, fiel a la base de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor, y como tales han sido confiados a la Iglesia…". Catecismo de la Iglesia Católica, 105.
[15] “…Ninguna verdad, que la mente humana hubiese descubierto mediante una sincera investigación, puede estar en contradicción con otra verdad ya alcanzada, porque Dios la suma Verdad, creó y rige la humana inteligencia no para que cada día oponga nuevas verdades a las ya realmente adquiridas, sino para que, apartados los errores que tal vez se hayan introducido, vaya añadiendo verdades a verdades de un modo tan ordenado y orgánico como el que aparece en la constitución misma de la naturaleza de las cosas, de donde se extrae la verdad…”. PÍO XII. Op. Cit.
[16] S. AGUSTÍN. Confesiones, XI, 2, 3.
[17] Pontificia Comisión Bíblica. El pueblo judío y sus Escrituras Sagradas en la Biblia cristiana. Ciudad del Vaticano, 2002. La Presentación del documento viene fechada y firmada: “Roma, en la fiesta de la Ascensión de Cristo, 2001 Joseph Cardenal Ratzinger”.
[18] - “…Permitid que, en este punto, aporte un texto bíblico. Ciertamente, no tiene valor desde el punto de vista de los principios y métodos de la ciencia empírica. Posee, sin embargo, una importancia simbólica… Pienso que el texto del libro del Génesis…”. JUAN PABLO II. Discurso del Santo Padre Juan Pablo II al mundo de la cultura en la universidad católica de Dublín. Martes 9 de junio de 1987.
- “…de estilo folklórico, antropomórfico y poético…” Nota a Gén 2. Sagrada Biblia (Trad. Eloino Nacar y Alberto Colunga). Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, 1984.
- “…La fe de Israel en el Dios creador encontró su máxima expresión literaria en el gran poema de la creación, que ahora figura al comienzo de la Biblia…”. Base documental de Catholic.net. http://es.catholic.net/biblioteca/libro.phtml?consecutivo=231 (Consulta: Septiembre, 2008).
[19] “…los once primeros capítulos del Génesis, aunque propiamente no concuerdan con el método histórico usado por los eximios historiadores grecolatinos y modernos, no obstante pertenecen al género histórico en un sentido verdadero, que los exegetas han de investigar y precisar; los mismos capítulos… , con estilo sencillo y figurado, acomodado a la mente de un pueblo poco culto, contienen ya las verdades principales y fundamentales en que se apoya nuestra propia salvación, ya también una descripción popular del origen del género humano y del pueblo escogido...”. PÍO XII. Op. Cit.
[20] “…Todos conocen bien cuánto estima la Iglesia el valor de la humana razón, cuyo oficio es demostrar con certeza la existencia de un solo Dios personal… Pero este oficio sólo será cumplido bien y seguramente, cuando la razón esté convenientemente cultivada…”. PÍO XII. Op. Cit.
[21] Gén 1, 1-2. La versión utilizada es; Sagrada Biblia (traducción de E. Nacar y A. Colunga). Biblioteca de Autores Cristianos (BAC). Madrid, 1986.
[22] Actualmente se estima la edad del universo es de unos 14.000 millones de años. Esta edad es una estimación teórica sujeta a discusión. El astrónomo estadounidense Hubble (1889-1953) confirmó en 1929 que el universo se expandía, verificando la teoría de la relatividad (1915,1916) de Einstein (1879-1955) y la teoría del Big Bang.
[23] PÍO XII. Op. Cit.
[24] Gén 1, 3-5.
[25] Gén 1, 6-8.
[26] Gén 1, 9-10.
[27] Gén 1, 11.
[28] Gén 1, 14-15.
[29] Gén 1, 20.
[30] Gén 1, 21.
[31] Gén 1, 22.
[32] Gén 1, 24-25.
[33] Gén 1, 26-28.
[34] Gén 2, 7.
[35] Gén 2, 7.
[36] Pontificia Comisión Bíblica. Op. Cit.